10 exámenes médicos vitales que necesita tu hijo

Desde el momento en que nace, tu hijo se someterá a una serie de pruebas para asegurarse de que todo está sano y se desarrolla con normalidad. Claro que la altura y el peso son obvios, pero ¿qué pasa con los demás exámenes médicos? Averigua cuáles son realmente importantes y lo que necesitas saber sobre ellos.

1. Pantallas para recién nacidos

La puntuación de Apgar, la primera prueba a la que se someterá tu bebé inmediatamente después de nacer, evalúa su color, frecuencia cardiaca, actividad, tono muscular y respuesta a la estimulación. Esta prueba, que debe su nombre a la anestesista pediátrica estadounidense Dra. Virginia Apgar, ayuda a determinar si el bebé está deprimido, sometido a estrés o le falta oxígeno, y si es necesario intervenir.

El cribado metabólico -una prueba de punción en el talón- es otra prueba importante que se hace en las 48 horas siguientes al nacimiento. Se analizará la sangre de tu bebé para detectar una serie de trastornos metabólicos y genéticos, como hipotiroidismo y anemia falciforme. "Aunque estos trastornos son raros, pueden ser devastadores", dice el Dr. J.J. Levenstein, pediatra titulado y fundador de MDMoms.com, que afirma que detectarlos pronto es clave.

Una prueba de respuesta auditiva evocada del tronco encefálico (BAER), que también se realiza en el hospital, evalúa la audición de tu bebé desde el nivel del tronco encefálico, no es invasiva y puede detectar precozmente la sordera congénita.

2. Perímetro cefálico

Medido en cada visita de control desde el nacimiento hasta los 2 años, el perímetro craneal de tu bebé es una de las herramientas más importantes de que dispone el pediatra. Si el crecimiento de tu bebé se ralentiza, puede significar que las costuras del cráneo se están fusionando demasiado pronto o que tiene una infección congénita o un retraso del desarrollo.

Un crecimiento rápido de la cabeza, por otra parte, podría indicar una afección grave como la hidrocefalia. "Por eso son tan importantes esas visitas regulares y frecuentes y que registremos esas cifras meticulosamente, a pesar de las protestas del bebé", dice Levenstein.

3. Desarrollo

Durante la lactancia y la primera infancia, tu pediatra te preguntará sobre hitos clave del desarrollo, como el contacto visual, la interacción social y el juego. A los 18 y 24 meses, un cuestionario llamado M-CHAT (Lista de comprobación modificada del autismo en niños pequeños) detectará el autismo. A medida que tu hijo crezca, también se evaluará constantemente su desarrollo conductual y social.

4. Altura y peso

En cada visita de control, se registrarán estas dos medidas para determinar el IMC (índice de masa corporal), que es la mejor forma de identificar el riesgo de que un niño tenga sobrepeso o sea obeso. Por otra parte, el IMC también puede indicar un posible trastorno alimentario. El médico también te preguntará por la dieta, los hábitos alimentarios y el ejercicio de tu hijo. "No es invasivo, pero nos permite tener una representación visual de cómo está un niño", dice Levenstein.

5. Hemoglobina

Al año y a los 2 años, se analizará la hemoglobina de tu hijo para asegurarse de que no tiene déficit de hierro. "Si está anémico, su cerebro no funciona bien y puede perder puntos de cociente intelectual con el tiempo", dice Levenstein, que añade que la anemia también puede afectar a la actividad de tu hijo. "Es un gran factor de estrés para el corazón, el cerebro, el sistema cardiovascular e incluso para el crecimiento".

6. Dirige

Aproximadamente cuatro millones de hogares albergan niños que están expuestos al plomo, según los CDC. La exposición al plomo puede afectar al cociente intelectual de tu hijo y niveles elevados pueden ser tóxicos. Al año y a los 2 años, el pediatra de tu hijo te preguntará sobre el entorno doméstico, los juguetes con los que juega y lo que se lleva a la boca. También puede pedir un análisis de sangre para determinar la exposición al plomo.

7. Visión

La Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños acudan al oftalmólogo cada año entre los 3 y los 6 años, y luego cada dos años. A partir de los 9 meses, el pediatra puede sugerir que tu hijo se someta a una exploración con la máquina de Potenciales Evocados Visuales, que presenta una serie de imágenes. "Puede medir la actividad eléctrica del cerebro en el centro de la visión y ver si hay igual actividad en ambos lados", dice Levenstein. "Puede ser una herramienta de detección precoz muy buena para ver si un niño necesita una visita oftalmológica cuanto antes".

8. Escoliosis

La escoliosis, una curvatura anormal de la columna vertebral, afecta aproximadamente a entre cinco y siete millones de personas en EE.UU., según la Asociación Americana de Quiropráctica. Suele aparecer entre los 10 y los 15 años. En cuanto tu hija pueda tocarse los dedos de los pies, debe someterse a una prueba de detección, porque puede agravarse más adelante, aconseja Levenstein.

9. Seguridad

Las preguntas sobre la seguridad de tu hijo son tan importantes como otros exámenes médicos y deben hacerse en cada visita, dice Levenstein. El médico de tu hijo puede preguntar sobre los animales domésticos que hay en casa, los medicamentos que toman otros miembros de la familia, dónde está colocada la cuna del bebé, si tenéis piscina y si hay armas en casa.

El pediatra también puede hablar contigo sobre el acoso escolar, el comportamiento sexual de tu hijo y si te preocupa el consumo de drogas y el rendimiento académico. "La exploración nunca termina", dice Levenstein.

10. Diabetes

El cribado de la diabetes no es rutinario, pero sin duda está en la mente de los médicos, ya que los adultos obesos tienen más probabilidades de ser prediabéticos. De hecho, los niños con diabetes de tipo 1 y de tipo 2 han aumentado más de un 20% desde 2001, según el estudio SEARCH for Diabetes in Youth.

Si tu hijo pierde peso o orina en exceso, el pediatra puede hacerle una prueba de diabetes de tipo 1. Los niños con diabetes de tipo 2 suelen ganar peso, son perezosos y no son activos. Si tu hijo tiene acantosis nigricans -o oscurecimiento y textura aterciopelada de la piel alrededor del cuello o debajo de las axilas- debe someterse a pruebas para detectar niveles elevados de insulina, lípidos y cortisona.

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