Los monederos diminutos toman la Semana de la Moda de París y suscitan reacciones encontradas

Simon Porte Jacquemus trae pequeños bolsos a la Semana de la Moda de París. (Getty Images)

¡Olvídate de las gafas de sol diminutas! Según Simon Porte Jacquemus, ahora todo son bolsos ridículamente diminutos.

El diseñador francés, de 28 años, famoso en Instagram por sus virales sombreros gigantes para el sol y sus sacos de paja supergrandes, presentó su colección Otoño 2019 en la Semana de la Moda de París el lunes por la noche, pero fue su adelanto previo al desfile lo que robó los corazones de los fashionistas.

Las invitadas recibieron sus invitaciones acompañadas de una versión aún más pequeña del característico bolso Le Saq Chiquito de la marca, tan encogido que cabe en la palma de la mano.

A pesar de todo el revuelo previo sobre los microbolsos, los espectadores parecieron pasar por alto su debut en la pasarela, ya que eran tan microscópicos y colgaban de las puntas de los dedos de la modelo. (Getty Images)

Esta asa superior original, que cuesta entre 345 y 795 dólares y en la que caben una tarjeta de crédito y un brillo de labios si tienes suerte, ya ha sido fotografiada en los bolsos de Emily Ratajkowski, Kim Kardashian y Kendall Jenner.

A pesar de todo el revuelo previo sobre los microbolsos, los espectadores parecieron pasar por alto su debut en la pasarela, ya que eran tan microscópicos y colgaban de las puntas de los dedos de la modelo.

"Uh, los nuevos bolsos de Jacquemus son tan pequeños que en realidad *no me fijé en ellos* mientras veía el programa", dijo Emma Hope Allwood, de Dazed Digital, en Twitter. (BTW: Dazed también declaró que el LE Saq es un "LOL pero también un amor total").

Según @eiffeltyler, de Fashionista, "Jacquemus se está convirtiendo en la versión para bolsos de aquel sketch de SNL del Sombrero Diminuto".

"Dentro de este pequeño bolso de Jacquemus encontrarás una pastilla azul y otra roja. La elección es tuya", dice @EmiliaPetrarca de The Cut.

El propio salón, situado en un almacén de las afueras de París, se transformó en una imitación de un pueblo mediterráneo inspirado en Murano (Italia), con puestos de mercado de colores brillantes en los que se apilaban productos ecológicos y flores. Además: La ropa colgada en tendederos era un toque simpático.

La nueva colección, titulada La Collectionne, también incluía una nueva tanda de atuendos provenzales característicos de la marca, como trajes vaporosos, prendas de punto ceñidas al cuerpo y, por supuesto, juegos de proporciones.

Este artículo apareció originalmente en el New York Post.

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