El "gasto compulsivo" es la última tendencia económica entre los jóvenes estadounidenses, aunque ciertamente no es buena.
Un informe de CNN descubrió que los compradores mileniales y de la Generación Z en las redes sociales participan en el acto de "gastar en la fatalidad" o "la práctica de gastar dinero para calmar los temores sobre cuestiones más amplias como la política o la economía".
CNN La corresponsal Vanessa Yurkevich informó el lunes: "Lo que estamos viendo es que eso se manifiesta en el gasto en la fatalidad. Esencialmente, si no te sientes bien con la economía, sientes que quizá esa compra de vivienda que estaba intentando hacer está tan fuera de mi alcance que voy a gastar de otras maneras para intentar sentirme mejor."
Y continuó: "O si no te sientes bien con los resultados de las elecciones presidenciales, puedes gastar un poco para intentar distraerte. Es ese golpe de dopamina que buscas para empezar a sentirte bien de nuevo".
Yurkevich advirtió que esto podría ser contraproducente si no se controla el hábito. Informó de que aproximadamente la mitad de los estadounidenses tienen algún tipo de deuda y más de 1,1 billones de dólares de deuda en tarjetas de crédito en el país.
En un comentario a Fox News Digital, Anthony Miyazaki, profesor de marketing en Florida International University, coincidió en que parecía haber un repunte del gasto en destino debido en parte a "la incertidumbre previa y posterior a las elecciones estadounidenses [que] ha aumentado la ansiedad de mucha gente".
Dijo: "Estos consumidores racionalizan sus grandes gastos diciendo que si no gastan ahora, no están seguros de poder gastar así en el futuro debido a las cambiantes condiciones económicas."
"Dado que el gasto catastrofista implica percepciones negativas de lo que nos depara el futuro, puede convertirse en una especie de profecía autocumplida, ya que el gasto en sí suele conducir a peores condiciones económicas para el consumidor", señaló Miyazaki.
Añadió el bombardeo de las redes sociales y la próxima temporada de vacaciones como otros factores de estos hábitos de gasto. Sin embargo, sugirió que el hábito podría ser beneficioso para la economía siempre que se controle.
"Teniendo en cuenta la intensidad de la reciente campaña política y todas las emociones negativas que la gente ha estado sintiendo, si lo que se necesita para aliviar esas preocupaciones es una sesión de gastos catastrofistas, quizá no sea tan sombrío como parece, siempre que los compradores puedan permitirse esos pagos con tarjeta de crédito de cara al próximo año. Al fin y al cabo, el gasto estimula el crecimiento económico y ahora los derrochadores pueden darse una palmadita en la espalda por haber contribuido a estimular la economía", afirma Miyazaki.
Por el contrario, Aaliyah Kissick, defensora de la educación financiera de la Generación Z, argumentó que el verdadero problema era la adicción a las redes sociales y la publicidad selectiva en las plataformas.
"Hay niños que se están volviendo adictos a las redes sociales, que están creciendo, y eso lleva al doomscrolling. En eso estamos ahora con el doomscrolling y con TikTok , que se está volviendo hiperadictivo", dijo a Fox News Digital. "El algoritmo tomó a estas personas, ya bastante habituadas, que han estado utilizando las redes sociales prácticamente toda su vida adulta y también la mayor parte de su vida adolescente, y las introdujo en esto. Es como una droga digital, esencialmente, si se combina la compra sin problemas con los vídeos."
EL GRAN TEMA "QUE AFECTA A TODOS" QUE DEFINIRÁ LAS ELECCIONES DE 2024, SEGÚN LOS ESTADOUNIDENSES
Señaló cómo situaciones económicas similares, como la recesión de 2008, no dieron lugar a este tipo de gasto compulsivo, ya que la mayoría de la gente solía ahorrar dinero durante ese tiempo.
Y continuó: "Crea una situación en la que ni siquiera actúas en tu propio interés. Si eres adicto al desplazamiento, y es realmente fácil comprar y si has perdido la fatiga de decisión, estás tan cansado que ya no eres capaz de decir no y detenerte. Simplemente harás clic. Quieres gratificación instantánea. Simplemente lo harás. Y eso es lo que hacen estos adictos a las redes sociales. Simplemente hacen clic".
Para los gastos fuera de control, Yurkevich ofreció algunos consejos sobre cómo manejar situaciones difíciles sin recurrir a las compras impulsivas, entre ellos desconectar del teléfono y reconocer si estás haciendo compras simplemente para llenar un "vacío emocional".
"Reevalúa tu relación con el dinero", dijo Yurkevich. "Deja de comprometerte con todas las malas noticias que hay por ahí. Si necesitas hablar por teléfono, llama a un amigo. Y hay otras formas de obtener ese golpe de dopamina que podrías conseguir con la terapia de compras. Clases de ejercicio, tal vez abrazar a un perro o a un gato... Es realmente importante tener en cuenta si se trata de algo puntual para la gente, o si es algo que estás haciendo y que realmente repercutirá en tu cuenta de resultados."