Biden no responde a las preguntas por segunda vez en una semana tras sus comentarios sobre la inestable cadena de suministro
Biden dio la espalda a la prensa el viernes pasado tras abordar el mal informe de empleo de septiembre
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El presidente Joe Biden dio la espalda a la prensa por segunda vez en una semana el miércoles, tras un aluvión de malas noticias sobre la economía.
Abordando la inestable situación de la cadena de suministro estadounidense, Biden anunció que el puerto de Los Ángeles empezará a funcionar 24 horas al día, 7 días a la semana, para poder manipular más mercancías en medio de los crecientes retrasos. Luego abandonó el escenario.
El viernes pasado, tras sus declaraciones sobre el decepcionante informe de empleo de septiembre, el presidente tampoco aceptó preguntas.
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"El presidente Biden aborda el tema de la cadena de suministro en unas declaraciones preparadas de antemano. Se marcha sin responder a ninguna pregunta. Una vez más. Sus manipuladores sencillamente no lo permitirán, y eso dice mucho de que no tiene confianza en sus propios argumentos para no anularlos", reaccionó Joe Concha, colaborador de Fox News .
Los sentimientos de Concha fueron compartidos por varios otros que sugirieron que los estadounidenses merecen oír más del presidente.
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La semana pasada, los estadounidenses se enteraron de que el informe sobre el empleo de septiembre estaba por debajo de las expectativas. Las nóminas no agrícolas aumentaron en 194.000 trabajadores en septiembre y la tasa de desempleo cayó al 4,8%, según informó el Departamento de Trabajo. Pero los economistas esperaban que se añadieran 500.000 nuevos puestos de trabajo y que la tasa de desempleo bajara al 5,1%. Y la tasa de inflación es la más alta de los últimos 13 años, según revelaron más datos el miércoles.
"No es lo que la Casa Blanca quiere ver", observó Josh Kraushaar, del National Journal.
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La transparencia de la administración Biden se ha puesto en entredicho tras la negativa del presidente a aceptar preguntas en varias ocasiones de alto nivel. Los estadounidenses estallaron, por ejemplo, cuando Biden abandonó el estrado tras su discurso sobre la crisis de Afganistán sin responder a una sola pregunta.