El mercado de drogas al aire libre de Filadelfia es 'un país tercermundista', dice un antiguo residente y adicto
Un activista pretende humanizar a los adictos que viven en el barrio Kensington de Filadelfia
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El mercado de drogas al aire libre de Filadelfia -inundado de consumidores que "mueren lentamente"- es como "un país tercermundista", dijo el lunes por la mañana un heroinómano en recuperación.
"Lo que vemos aquí a diario equivale a un país del tercer mundo", dijo Frank Rodríguez, ex consumidor de drogas convertido en activista, en Fox & Friends First. "Ves cadáveres esparcidos por el suelo".
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"Ves a la gente consumiendo al aire libre", continuó. "Ves la venta de drogas al descubierto. Ves mucho sufrimiento. Ves mucho dolor".
Rodríguez, hijo de drogadictos, se trasladó a Filadelfia cuando era niño. Llamaba a Kensington, el barrio donde vivía, un mercado de drogas al aire libre.
Su aparición en Fox & Friends First siguió a una exclusiva de Fox News Digital que presentaba a Rodríguez mientras recorría Kensington.
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"Imagínate tener que salir de tu casa y pasar literalmente por encima de un cadáver en tu entrada", dijo Rodríguez el lunes. Añadió que los consumidores de drogas están "muriendo lentamente".
Es inevitable que los niños del barrio vean a adictos desmayados en las aceras o incluso en el parque infantil, según Rodríguez.
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"Muchas veces, los padres les dicen 'mira, si no tomas buenas decisiones, eso es lo que va a pasar'", dijo. Eso "mete en la cabeza del niño el ideal de que un adicto o alguien que no tiene hogar o padece salud mental es algo inferior a ellos".
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Rodríguez dijo que esa mentalidad ha permitido a los adolescentes atacar a los adictos. En parte, por eso inició una misión para humanizarlos.
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El activista abandonó abruptamente Kensington cuando inició su viaje para conseguir la sobriedad. Pero sigue volviendo para cortar el pelo a los adictos y darles una plataforma para contar sus historias.
"Sólo intento hacerles sentir, durante los 15 minutos que paso con ellos... que no se les juzga, que no se les avergüenza", dijo Rodríguez. "Se les quiere, se preocupan por ellos y tienen a alguien con quien hablar que entiende por lo que están pasando".