Como fiscal general de Arizona y estadounidense de primera generación, estoy agradecido a EE.

Este Día de Acción de Gracias, podemos proponernos ser la chispa que fortalezca nuestra sociedad

La indignación y la ingratitud son las divisas de la sociedad actual. Mucha gente se apresura a ofenderse por el asunto más insignificante o a expresar su descontento ante cualquier desaire percibido.Por desgracia, nuestros hijos y nietos están aprendiendo de nuestras actitudes y llevarán nuestra negatividad a mayores cotas. Esta espiral es destructiva para todas las unidades de nuestra sociedad y, en última instancia, conducirá a la perdición de este país.   

Nos corresponde a todos detener este ciclo de indignación e ingratitud, especialmente en lo que se refiere a Estados Unidos. Este Día de Acción de Gracias, podemos decidir ser la chispa que fortalezca nuestra sociedad.En lugar de buscar continuamente un motivo para indignarnos, podemos elegir estar agradecidos por lo que este país nos ha dado a nosotros y a nuestras familias. 

Tengo una perspectiva única para estar agradecida a este país. Mi familia huyó del comunismo desde la antigua Yugoslavia. Vinieron a Estados Unidos porque esta nación podía proporcionarles a ellos y a sus descendientes oportunidades y libertades ilimitadas. Comprendieron que el Estado de Derecho era el modo de vida aquí y que sus derechos estarían protegidos. 

ACCIÓN DE GRACIAS NOS RECUERDA QUE LOS ESTADOUNIDENSES SIGUEN SIENDO UN PUEBLO DE GRAN FE

Hay muchos otros países en el mundo con constituciones u otros documentos fundacionales que parecen conceder protecciones o libertades a sus ciudadanos. Sin embargo, sin la adhesión al Estado de derecho, esos documentos no significan absolutamente nada, como hemos visto a lo largo de la historia mundial. Mi familia comprendió que Estados Unidos era diferente en este sentido, y estoy agradecido por lo que representa esta nación y por los esfuerzos que realizan sus dirigentes para hacer cumplir el Estado de derecho. 

Mi experiencia, combinada con la historia de mi familia, ha reforzado mi gratitud por nuestra nación y mi determinación de devolver y servir a nuestras comunidades. 

Sin embargo, Estados Unidos no es perfecto, y sus oportunidades de mejora a menudo son magnificadas por personas que no sienten más que desprecio por este país. Sin embargo, la realidad es que ninguna otra nación en la historia ha podido igualar lo que hemos logrado y las libertades que hemos mantenido y protegido durante cientos de años. Estados Unidos ha brindado más oportunidades a más personas que ningún otro país. Mi vida es la prueba A de este hecho. 

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A menudo pienso en mi hipotética vida si mis padres no hubieran huido del comunismo para venir a Estados Unidos. Yo tendría muy pocas -si es que tendría alguna- de las oportunidades que se me han dado. Mis hijas no tendrían las libertades de las que disfrutan actualmente. Mi familia no está sola en esta situación hipotética. Millones de familias tienen una historia similar de sus sacrificios y determinación en la búsqueda del Sueño Americano.  

Entonces considero mi vida tal como es ahora, y no puedo estar más que agradecida. Mi familia tuvo el valor de emigrar a este país. Se me dio la oportunidad de educarme y obtener mi licenciatura en Derecho. Tuve el honor de servir como oficial del JAG en el ejército estadounidense. Conocí a mi esposa cuando ambos trabajábamos como fiscales, y hemos sido bendecidos con dos hijas. He tenido el honor de servir como fiscal federal y estatal, ayudando a proteger a nuestras comunidades y a hacer cumplir el estado de derecho que es la columna vertebral de nuestra sociedad. Tuve la suerte de ser elegido jefe de las fuerzas del orden de Arizona. 

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Sólo aquí podría ser ésta la realidad de una estadounidense de primera generación cuya primera lengua ni siquiera es el inglés. Mi experiencia, combinada con la historia de mi familia, ha reforzado mi gratitud por nuestra nación y mi determinación de devolver y servir a nuestras comunidades. Mientras trabajamos para crear una unión más perfecta, no debemos olvidar nunca que Estados Unidos sigue siendo el lugar más extraordinario para conseguir una vida mejor para más personas de las que jamás podríamos imaginar. 

Este Día de Acción de Gracias, decidámonos a estar verdaderamente agradecidos por todo lo que se nos ha dado. Seamos quienes seamos, tengamos el aspecto que tengamos o vengamos de donde vengamos, todos somos estadounidenses. Estamos unidos en nuestra humanidad y en nuestra apreciación de que nuestros derechos no nos los dan otras personas, sino que nos los da nuestro Creador. Y que tenemos la obligación de luchar por todo lo que es bueno y legar a nuestros hijos y nietos una nación en la que puedan seguir creyendo y por la que puedan estar agradecidos.  

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