Biden apaga las luces de otro de los elementos esenciales de tu hogar

Se apagan las luces de una más de nuestras libertades

No esperes volver a ver bombillas incandescentes a la venta. Ahora son un producto ilegal gracias a una normativa de la administración Biden, y cualquier minorista o vendedor en línea que las ofrezca a la venta estará sujeto a la plena aplicación de la ley por parte del gobierno federal.

La represión de la conocida bombilla de Thomas Edison lleva mucho tiempo en marcha. Empezó con unas disposiciones incluidas en la gran ley de la energía de 2007 promulgada por el entonces presidente George Bush. Estas disposiciones crearon normas de eficiencia energética para la iluminación residencial que las bombillas incandescentes tendrían grandes dificultades para alcanzar. Se diseñaron para ser progresivamente más estrictas en los años siguientes.

En aquel momento, muchos activistas ecologistas y algunos fabricantes de bombillas que buscaban ventajas estaban promoviendo agresivamente las bombillas fluorescentes compactas (CFL) como la alternativa ecológica. Pero esas bombillas CFL retorcidas, con su elevado precio y su fuerte resplandor, resultaron muy impopulares entre los consumidores, una reacción no muy distinta de la que se produjo a principios de este año después de que un funcionario de la administración Biden sugiriera prohibir las estufas de gas. No obstante, el Departamento de Energía (DOE) de la administración Obama, en sus últimos días, en enero de 2017, finalizó unas normas que aceleraban la desaparición de las bombillas incandescentes.

El presidente Trump llegó y revocó estas medidas, dando un respiro a las bombillas anticuadas. Incluso hizo de la calidad de la iluminación un tema recurrente en sus mítines, diciendo cosas como "Tengo mejor aspecto bajo una luz incandescente....".

EL GOBIERNO DE BIDEN EMPIEZA A PROHIBIR LAS BOMBILLAS EN TODO EL PAIS

BERLÍN, ALEMANIA - 17 DE OCTUBRE: Ahorro de energía mediante productos energéticamente eficientes. Una bombilla incandescente es sustituida por una lámpara LED. (Ilustración fotográfica de Thomas Trutschel/Photothek vía Getty Images) (Ilustración fotográfica de Thomas Trutschel/Photothek vía Getty Images)

Pero ahora, el DOE de Biden ha restablecido de hecho las medidas de Obama, poniendo fin a las bombillas incandescentes. Al hacerlo, la norma final alega beneficios tanto para el consumidor como para el cambio climático. Técnicamente, las bombillas incandescentes han sido ilegales desde que esta norma entró en vigor en 2022, pero los reguladores optaron por no utilizar toda su autoridad coercitiva contra los minoristas para darles tiempo a vender los suministros existentes. Pero la indulgencia terminó en julio de 2023, y ahora cualquiera que intente vender esas bombillas se arriesga a multas significativas y posiblemente a algo peor.

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Afortunadamente, los fabricantes han desarrollado un sustituto mucho mejor que esas horribles CFL. Las bombillas de diodos emisores de luz (LED) son lo bastante eficientes para cumplir los requisitos actuales del DOE, al tiempo que proporcionan una calidad de luz que la mayoría considera satisfactoria. Los LED han ido ganando cuota de mercado en los últimos años, pero cuestan más y tienen algunos otros inconvenientes. Por ejemplo, no funcionan tan bien con reguladores de intensidad, ya que tienden a parpadear (aunque los fabricantes están acortando distancias). Y las bombillas incandescentes, más baratas, siguen teniendo sentido para luces que se usan poco, como en áticos o sótanos, donde la eficiencia energética no supone mucha diferencia. Además, el mero hecho de que hubiera bombillas incandescentes en el mercado ejercía una cierta disciplina de precios sobre los LED, que ha desaparecido ahora que los LED son el único juego en la ciudad.

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Pero la verdadera cuestión no es qué bombilla es mejor. Es quién debe decidir, los consumidores o el gobierno. El mero hecho de que los LED se hayan puesto de moda demuestra que los mercados funcionan y que no hay razón para privar de elección a los consumidores que siguen prefiriendo la iluminación incandescente.

No obstante, se apagan las luces de una más de nuestras libertades. 

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