Adriana Cohen Caos fronterizo -- Kamala Harris debería hacerse cargo de la crisis migratoria de Biden y no esconderse

Harris está perdiendo una gran oportunidad de demostrar a los votantes que tiene madera para sentarse en la gran silla algún día.

Desde que el presidente Joe Biden anunció que la vicepresidenta Kamala Harris sería la persona encargada de la gestión de la crisis humanitaria y de inmigración, han transcurrido inexplicablemente 22 días sin que haya visitado la frontera sur de Estados Unidos ni los centros de detención.

La clamorosa ausencia de Harris en la frontera y en los centros de detención estadounidenses que albergan a miles de inmigrantes ilegales y menores no acompañados es un paso en falso político. Está desaprovechando una oportunidad de oro para demostrar su liderazgo al pueblo estadounidense y convencer a los votantes, a ambos lados del pasillo, de que es capaz de ser presidenta algún día.

En lugar de dedicarse desde su nuevo cargo a explorar la causa de la migración masiva desde México y los países del triángulo norte, Harris debería estar en el asiento del conductor reuniendo a un equipo de estrellas formado por expertos en inmigración y seguridad nacional, defensores del bienestar infantil y profesionales humanitarios para abordar la espiral de la crisis.

A continuación, Harris debería celebrar una conferencia de prensa en la que expusiera su plan para solucionar los innumerables problemas que se están produciendo en la frontera sur y en los centros de detención de menores que los demócratas solían llamar "jaulas".

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A continuación, debería visitar la frontera y los centros de detención de Texas, California, Arizona y otros lugares con su equipo -y la prensa a cuestas- para documentar ante el pueblo estadounidense su capacidad para resolver problemas.

Ese tipo de liderazgo práctico es algo que podría y debería destacar cuando se presente a la presidencia en 2024, si no antes, en caso de que Biden no cumpla su mandato de cuatro años.

Huelga decir que uno de los requisitos básicos para ser presidente de Estados Unidos es la capacidad de dirigir, gestionar el gobierno y resolver problemas complejos, manteniendo al mismo tiempo la seguridad de Estados Unidos. Harris debería ilustrar esas habilidades críticas ahora mismo, dada la crisis de inmigración que se está produciendo, sin olvidar que nuestro país nunca ha elegido a una mujer presidenta.

Por ello, Harris está perdiendo una gran oportunidad de demostrar a los votantes que tiene madera para sentarse algún día en la silla grande.

¿De qué tiene miedo?

La realidad es que si la vicepresidenta no puede ocuparse de asegurar la frontera de EEUU, frenar la oleada masiva de inmigración ilegal y el tráfico de drogas y personas, entonces no está capacitada para ser comandante en jefe. Eso es algo que el Partido Republicano se apresurará a señalar en futuros anuncios políticos, en las próximas elecciones intermedias y en los debates presidenciales de 2024.

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Si Harris tuviera instinto político, visitaría inmediatamente la frontera y los centros de detención para asegurarse de que los inmigrantes no autorizados y los niños bajo custodia estadounidense -bajo la vigilancia del gobierno de Biden y Harris- reciben un trato adecuado y humano. Esto impresionaría a los votantes y reforzaría su imagen de líder que "toma las riendas" frente a la de alguien que hace la vista gorda ante la explotación infantil y otros horrores denunciados.

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El pueblo estadounidense ha visto este mes el inquietante vídeo de un contrabandista dejando caer a dos niños migrantes por encima de una barrera de 4,5 metros cerca de Santa Teresa, Nuevo México, precipitando a un niño pequeño y a otro al suelo. Hemos visto el desgarrador vídeo captado por un agente de la Patrulla Fronteriza estadounidense del niño de 10 años sollozante y aterrorizado que vagaba solo tras ser abandonado por coyotes mientras cruzaba el Río Grande en Texas. Y ya hemos oído hablar bastante de las decenas de inmigrantes indocumentados agredidos física y sexualmente, o algo peor, de camino a Estados Unidos.

Pero eso no es todo.

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En una impresionante conferencia de prensa celebrada la semana pasada, el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció que se está llevando a cabo una investigación sobre los preocupantes informes de malos tratos a menores en un centro de detención de San Antonio que alberga a más de 1.300 menores migrantes. "Hoy mismo, la Comisión de Salud y Servicios Humanos de Texas y el Departamento de Servicios Familiares y de Protección de Texas han recibido, por separado, denuncias de presuntos malos tratos y abandono de menores en el centro de migrantes de San Antonio", declaró Abbott.

"Abbott dijo que había cuatro denuncias: abuso sexual infantil en el centro, falta de personal, niños que no comen y no separación de los niños con o sin COVID-19", informó NEWS4SA. "En resumen, este centro es una pesadilla para la salud y la seguridad", subrayó Abbott.

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El hecho de que Harris no haya visto de primera mano lo que ocurre en este centro y en otros en suelo estadounidense daña la narrativa demócrata de que son el partido de los inmigrantes. A los votantes les costará creerlo en las elecciones de mitad de legislatura y después, cuando se sepa que los niños indocumentados sufren abusos y abandono bajo la vigilancia de los gobiernos de Biden y Harris.

Conclusión: Kamala Harris debería hacerse cargo de la crisis de la inmigración, no esconderse de ella. No estar a la altura de las circunstancias y solucionar los problemas que se plantean no impresionará a los votantes en el próximo ciclo electoral.

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