Juez Andrew P. Napolitano: La Constitución no está en venta

La Cuarta Enmienda se redactó con el propósito de defender el derecho americano por excelencia: el derecho a que te dejen en paz.

La semana pasada, Joseph R. Biden fue investido 46º presidente de Estados Unidos. El 6 de enero, el gobierno federal empezó a detener a quienes, según afirma, intentaron interferir violentamente en las funciones constitucionales del Congreso de autentificar los votos del Colegio Electoral. El Senado anunció que seguiría adelante con un segundo juicio político contra Donald J. Trump, aunque éste ya no esté en el cargo. Y la Agencia de Inteligencia de Defensa envió un memorándum de dos páginas al senador Ron Wyden, demócrata de Oregón.

¿Adivina cuál de estos acontecimientos nunca llegó a las primeras páginas? Si has adivinado el memorándum de la DIA, estarías en lo cierto. En ese memorándum, el gobierno reconoció por primera vez que ha violado la Constitución voluntaria y conscientemente al utilizar programas informáticos disponibles en el mercado para rastrear los movimientos de personas inocentes en Estados Unidos sin órdenes de registro.

Cuando se le preguntó cómo podía salirse con la suya, la DIA dijo a Wyden que tenía una interpretación única de una reciente decisión del Tribunal Supremo que prohíbe expresamente el mismo espionaje en el que participa la DIA.

Ésta es la historia.

HUME: LOS LIBERALES QUE PIDEN QUE SE REPRIMA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN "NO ENTIENDEN EL CONCEPTO

Los que seguimos las violaciones de los derechos naturales y las garantías constitucionales por parte del gobierno llevamos años argumentando que los federales tienen capacidad para vigilar los movimientos de nuestros teléfonos inteligentes.

También hemos argumentado que los federales pueden escuchar las conversaciones que tienen lugar en presencia de teléfonos inteligentes, y hacen todo esto sin obtener una orden de registro.

La semana pasada, los federales admitieron que han estado haciendo esto desde la última parte de la administración Obama y durante toda la administración Trump.

Tras negarlo durante años, los federales debieron de ver la letra en la pared y sabían que pronto se preguntaría a alguien al respecto durante el proceso de confirmación de los candidatos de Biden para la comunidad de inteligencia. No dar una respuesta veraz podría poner fin a su carrera, y tal vez a su libertad.

La justificación de la DIA para su espionaje sin orden judicial es impresionante. Argumenta que, como no es un organismo encargado de hacer cumplir la ley, no está sujeto a las restricciones constitucionales impuestas a los organismos encargados de hacer cumplir la ley según la interpretación del Tribunal Supremo. Se trata de un argumento que el Tribunal nunca ha aceptado. La DIA, al parecer, piensa que es una ley en sí misma.

También alega que, como puede comprar el software de rastreo comercialmente, puede utilizarlo libremente, como cualquier otro comprador. Este razonamiento es totalmente contrario a la Cuarta Enmienda de la Constitución. Los compradores privados no están obligados por la Cuarta Enmienda, pero el gobierno sí.

RUPERT MURDOCH CONDENA LA "HORRIBLE ORTODOXIA WOKE" QUE INTENTA SUPRIMIR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

En 2018, en un caso llamado Carpenter contra Estados Unidos, el Tribunal Supremo se enfrentó a la apelación de una condena basada en el uso por parte del FBI de un software de seguimiento adquirido comercialmente, que los agentes emplearon para rastrear los movimientos del acusado, y que le situó en las proximidades de una serie de robos a mano armada. Basándose en esos datos, fue condenado por los robos.

El tribunal anuló la condena, sosteniendo que el gobierno necesita una orden de registro basada en una causa probable de delito antes de poder utilizar técnicas de vigilancia para localizar o rastrear a un posible acusado.

La DIA y otras entidades de espionaje nacionales estadounidenses -hay 16 que el gobierno reconoce que opera- han adoptado el punto de vista de que, como el software de rastreo está disponible comercialmente, y como los espías nacionales son servicios de inteligencia y no fuerzas de seguridad, no necesitan obtener una orden judicial. Dicho de otro modo, como la DIA no trató de utilizar sus poderes para obligar a registrar los registros telefónicos sin orden judicial, sino que robó señales telefónicas, ¡no cometió ningún delito!

HAZ CLIC AQUÍ PARA RECIBIR EL BOLETÍN DE OPINIÓN

Se trata de una violación profunda y directa de la Cuarta Enmienda, que se redactó precisamente con el propósito de defender el derecho estadounidense por excelencia: el derecho a que te dejen en paz. El gobierno británico prerrevolucionario violaba regularmente este derecho obteniendo órdenes secretas de registro general de los tribunales de Londres. Las órdenes generales de registro permitían a su portador registrar donde quisiera y confiscar lo que encontrara.

Más de Opinión

Para garantizar que el nuevo gobierno estadounidense no pudiera hacer lo que el gobierno británico había estado haciendo a los colonos, se promulgó la Cuarta Enmienda. En ella se establece que no habrá registro, incautación ni vigilancia, salvo los autorizados por escrito por un juez, basados en una causa probable de delito declarada bajo juramento y en la que se describa específicamente el lugar que se va a registrar y la persona o cosa que se va a incautar.

Cuando se trata de vigilancia, no hay excepción. La Cuarta Enmienda tiene un doble propósito. El primero es impedir las expediciones de pesca -como las que la DIA admite ahora que utiliza- en violación del derecho natural a la intimidad. El segundo es obligar al gobierno a centrar sus recursos en aquellos sospechosos sobre los que tiene una causa probable de delito reconocida judicialmente.

La profundidad de las admisiones del gobierno son asombrosas. Su arquitectura es un decrépito taburete de tres patas sobre el que se asientan el totalitarismo, la arrogancia y la anarquía.

Una pata del taburete defiende una inmunidad autoconstruida frente al cumplimiento de las leyes del país. La segunda pata apoya formas de eludir las normas constitucionales sin dejar de parecer lícitas a los ojos del público. Y la tercera pata, la más débil, ofrece su interpretación de la Constitución, al margen de lo que ordene el Tribunal Supremo.

HAZ CLIC AQUÍ PARA OBTENER LA APLICACIÓN FOX NEWS

Este taburete debería arrojarse al basurero de la historia. Fue construido por quienes han sido infieles a sus juramentos de preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos, la misma Constitución que sólo es tan valiosa como salvaguarda de la libertad como lo es la fidelidad de aquellos en cuyas manos la hemos depositado para su custodia.

La hemos puesto en manos de locos.

HAZ CLIC AQUÍ PARA LEER MÁS DEL JUEZ ANDREW P. NAPOLITANO

Carga más..