Curtis Hill: Por qué George Washington es el presidente que se eleva sobre todos los demás en estatura e importancia

Aunque rebautizado en la cultura popular como "Día de los Presidentes", la fiesta federal que celebramos el tercer lunes de cada febrero sigue siendo, oficialmente, el "Cumpleaños de Washington".

Debemos asegurarnos de que siga siendo así.

No me malinterpretes. A Abraham Lincoln se le atribuye con razón haber salvado la unión en medio de una devastadora guerra civil. Muchos lo consideran nuestro mejor y posiblemente más importante presidente de EEUU. No discuto el estatus desmesurado del Honesto Abe en comparación con otros comandantes en jefe.

GEORGE WASHINGTON ELEGIDO 1ER PRESIDENTE: ESTE DÍA EN LA HISTORIA

No obstante, hay un presidente que sobresale por encima de todos los demás en estatura e importancia: George Washington, tan memorablemente elogiado como "el primero en la guerra, el primero en la paz y el primero en los corazones de sus compatriotas".

Como estadounidense de raza negra, reconozco de buen grado que la "propiedad" de esclavos por parte de Washington mancha su legado, y no debemos pasar por alto ni excusar este hecho de la historia. Volveremos sobre este tema dentro de un momento.

Celebramos la vida de George Washington, por imperfecta que fuera, porque fue el hombre indispensable que mantuvo unida a nuestra frágil república en sus años de formación.

Sin embargo, cuarenta y cuatro hombres han prestado el juramento presidencial, pero sólo uno fue indispensable para la fundación de Estados Unidos. Mientras que todos los demás presidentes tenían predecesores a los que emular o seguir, Washington sólo tenía la Constitución y la voluntad del pueblo. Apoyándose en estas guías, inventó la institución de la presidencia americana. No cabe duda de que en este empeño se vio tocado por la providencia divina.

HAZ CLIC AQUÍ PARA SUSCRIBIRTE A NUESTRO BOLETÍN DE OPINIÓN

Como héroe militar, el general Washington fue el rostro de la rebelión de las colonias contra el Imperio Británico. Construyó un ejército eficaz con irregulares amantes de la libertad para luchar contra la máquina de guerra más poderosa que el mundo había conocido. Los contemporáneos cuestionaron a menudo la destreza militar de Washington, criticándole por retirarse batalla tras batalla. Sin embargo, esa estrategia le permitió preservar su ejército para la decisiva batalla final de Yorktown.

Más de Opinión

Tras aquella victoria, que selló efectivamente la independencia estadounidense, se habló al menos un poco de coronar rey a Washington, idea que éste denunció abruptamente antes de dimitir de su cargo militar. A pesar de su enorme popularidad, simplemente regresó a su hogar como Ciudadano Washington. Sin embargo, no pudo escapar a la continua llamada al servicio público.

Tras presidir la convención constitucional, Washington fue elegido presidente por unanimidad por el Colegio Electoral. Sigue siendo la única persona que ha logrado esta hazaña, y lo hizo dos veces.

Durante sus dos mandatos, Washington rechazó títulos y tradiciones que pudieran considerarse grandiosos o asociados a la realeza. En su lugar, gobernó con humildad, moderación y sabiduría como el primer "Sr. Presidente".

Y entonces, tras ocho años de liderazgo que sentó precedente, el presidente Washington hizo lo inimaginable. Abandonó voluntariamente su alto cargo, poniendo en práctica la visión de la Constitución sobre la transición pacífica del poder.

En su discurso de despedida, Washington amonestó a todos los funcionarios públicos de la nación a "limitarse a sus respectivas esferas constitucionales".

Advirtió contra "los efectos nefastos del espíritu de partido" e instó a evitar el tipo de tribalismo que "enciende la animosidad de una parte contra otra".

Además, subrayó que "la virtud o la moralidad son un resorte necesario del gobierno popular" y expresó su desconfianza ante la idea "de que la moralidad pueda mantenerse sin la religión".

Al hablar de América, Washington dio el tono de un "padre de su patria" afectuoso y orgulloso.

Y sí, el nacimiento de nuestra nación vino acompañado de ese defecto antes mencionado. La institución de la esclavitud fue la paradoja brutalmente inhumana de la Revolución Americana que dejó una mancha en muchos llamamientos de los Padres Fundadores a la libertad individual.

En 1786, Washington expresó su deseo de "ver algún plan adoptado por la legislatura mediante el cual pueda abolirse la esclavitud en este País", pero no emancipó a sus propios esclavos hasta su muerte, por instrucciones establecidas en su testamento. Washington nunca dirigió ningún esfuerzo para abolir la esclavitud en vida, pero sus colosales contribuciones al bienestar de nuestra nación como comandante en jefe siguen sin tener parangón hasta nuestros días.

Celebramos la vida de George Washington, por imperfecta que fuera, porque fue el hombre indispensable que mantuvo unida a nuestra frágil república en sus años de formación.

Nunca habrá otro George Washington, pero todo estadounidense cívico vivo hoy puede encontrar formas de ayudar a que nuestro país sea mejor y más fuerte.

HAZ CLIC AQUÍ PARA OBTENER LA APLICACIÓN FOX NEWS

"Todo puesto es honorable", escribió Washington en una ocasión, "en el que (uno) pueda servir a su país".

Al celebrar de nuevo este año el cumpleaños de Washington, todos los estadounidenses deberían recordar la verdad de esas palabras.

HAZ CLIC AQUÍ PARA LEER MÁS DE CURTIS HILL

Carga más..