Joshua Rogers: Si tu familia política te incomoda, haz lo que hizo mi mujer

Mi mujer no sabía qué esperar la primera vez que conoció a mi padre, y yo no estaba seguro de cómo prepararla para ello.

Como le expliqué a Raquel: "Mi padre es como... no sé... ese predicador camionero que habla con todo el que conoce. Es un poco excéntrico".

Raquel no pudo conocer a mi padre en persona hasta la cena de ensayo de nuestra boda. Cuando papá entró por la puerta, Raquel se encontró con un hombre de sonrisa cálida y cuerpo destrozado. Sus ojos azul eléctrico eran los mismos, pero años de conducir camiones, fumar cigarrillos y una diabetes de tipo 2 sin tratar le habían desgastado.

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Significaba mucho para mí que papá estuviera allí, pero había una parte de mí que sentía lo mismo que sentía en la escuela secundaria cuando él aparecía en los actos escolares con poca ropa y sobrepeso. No encajaba, y era como si hiciera cosas intencionadamente para destacar.

El autor y su padre. (Laura Hinson)

Incluso aquella noche, en la cena de ensayo, durante los discursos, papá pronunció un largo y animado monólogo en el que nos comparaba a Raquel y a mí con reactores volando por el cielo (el discurso incluía efectos de sonido). Me sentí avergonzada, pero fue lo que ocurrió después de la cena lo que me dejó con la cara colorada.

La gente nos asocia con nuestras familias, nos guste o no. Y por eso, tu disposición a estimar a la familia de tu cónyuge puede tener un poderoso impacto.

Papá llevó a Raquel aparte y, con una sonrisa amable, le dijo: "Ahora yo también soy tu papá. Cuando te cases con Joshua, serás mi niña".

Entonces papá siguió prodigándose en elogios, diciéndole a Raquel lo encantadora que era. Era tan intenso y papá ni siquiera parecía darse cuenta de que ella se estaba alejando poco a poco. No sabía qué hacer con él, pero al final tomaría mil pequeñas decisiones que cambiaron la forma en que lo veía.

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Mucha gente no sabe querer a sus suegros, y no me refiero a los suegros que son manifiestamente inseguros. Hablo del tipo de personas a las que no habrías elegido tener cerca si no te hubieras casado con tu cónyuge.

Lo que tenemos que recordarnos continuamente es que la identidad de nuestro cónyuge está ligada, en cierta medida, a su familia. Compartimos nombres, historia y un bagaje que a veces preferiríamos olvidar. La gente nos asocia con nuestras familias, nos guste o no. Y por eso, tu disposición a estimar a la familia de tu cónyuge puede tener un poderoso impacto.

Si rechazas y/o hablas mal de la familia de tu cónyuge, rechazas una parte de tu cónyuge. Cuando haces todo lo posible por aceptar a la familia de tu cónyuge -o, como mínimo, por hablar lo mejor posible de ella-, has aceptado una parte de tu cónyuge. Es otra forma de decirle a tu cónyuge: "Os veo, a todos, y elijo amarlos a todos".

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Cuando crecí, los miembros de mi familia de ambos lados se burlaban de mi padre por su peso, su desempleo y su torpeza social. No pensaron en el hecho de que él me dio mi apellido, mi mandíbula y la mitad de mi ADN. Menospreciarle a él era menospreciarme a mí, por eso fue tan redentor que Raquel decidiera estimarle.

Aunque al principio Raquel no estaba segura de que papá estuviera a salvo, le invitó a pasar de todos modos. Le sirvió y se tomó tiempo para escucharle. Le abrazó literalmente y pasó por alto defectos que otros habían citado para menospreciarle. Se reía de sus payasadas y escuchaba de buen grado sus sermones improvisados. Le amaba.

Como dijo C.S. Lewis en "Mero Cristianismo": "No pierdas el tiempo preocupándote de si 'amas' a tu prójimo; actúa como si lo hicieras". En cuanto hagamos esto encontraremos uno de los grandes secretos. Cuando te comportes como si amaras a alguien, enseguida llegarás a amarle".

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Antes de que muriera mi padre, Raquel llegó a amarle profundamente y eso ocurrió porque emprendió el largo viaje de aprender a amar a un suegro que le resultaba extraño.

Si todos hacemos ese esfuerzo, de lo que no nos damos cuenta es de que en realidad estamos aprendiendo a amar más profundamente a nuestros cónyuges.

Este ensayo es una adaptación del libro del autor"Confesiones de un hombre felizmente casado: Encontrar a Dios en el Desorden del Matrimonio".

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