James Carafano: La retirada de las tropas estadounidenses de Irak y Afganistán muestra avances en la resolución de las "guerras interminables

En ninguno de los dos casos EE.UU. está abandonando a nuestros amigos o responsabilidades

El anuncio el miércoles de la retirada de las tropas estadounidenses de Irak y Afganistán supone un paso más del presidente Trump para dar a ambas naciones una mayor responsabilidad a la hora de velar por su propia seguridad con el apoyo continuado de Estados Unidos.

"Estados Unidos ha decidido reducir nuestra presencia de tropas en Irak de unos 5.200 a 3.000 soldados durante el mes de septiembre", anunció en Bagdad el general de la Infantería de Marina Frank McKenzie, máximo comandante estadounidense en Oriente Medio.

McKenzie dijo después a un puñado de periodistas que Estados Unidos tiene previsto reducir sus tropas en Afganistán de las 8.600 actuales a unas 4.500 a principios de noviembre.

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"Con 4.500 seguiremos siendo capaces de cumplir la tarea principal que queremos llevar a cabo, y hemos mostrado una más que suficiente buena voluntad en nuestra disposición a demostrar que no queremos ser una fuerza de ocupación en este país, pero tenemos intereses estratégicos, intereses vitales, que nos obligan a estar seguros de que estas entidades como Al Qaeda e ISIS no pueden ser huéspedes allí para atacar a Estados Unidos", dijo McKenzie.

¿Tomó el presidente Trump la decisión correcta al aprobar la retirada de tropas de Irak y Afganistán? No existe una respuesta sencilla a esta pregunta, al menos por el momento. Los líderes tienen que tomar decisiones prudentes basadas en la realidad sobre el terreno. A veces la respuesta inteligente es más tropas, no menos. Al final, el número correcto es el número correcto.

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Cuando el Departamento de Defensa redistribuye fuerzas, no debería tener nada que ver con la política. Las preguntas importantes que hay que hacerse son: ¿Sirven los movimientos a nuestro interés nacional? ¿Ayudan a mantener a Estados Unidos libre, seguro y próspero?

Ésas son las preguntas que deben guiar nuestra postura militar en todo el mundo. Y parece que esas preguntas eran las principales en la mente del presidente.

A Estados Unidos le interesa un Oriente Próximo estable y un Asia Meridional estable. Ambos contribuyen a dominar el terrorismo transnacional y ayudan a contrarrestar las actividades desestabilizadoras de China, la intromisión de Rusia y un Irán expansionista. Y a pesar de los altibajos, las operaciones militares estadounidenses en Irak y sus alrededores, así como en Afganistán, han hecho avanzar todos esos objetivos.

Nunca hemos avanzado tanto en Oriente Próximo y Asia Meridional como en los últimos cuatro años. El califato del ISIS fue aplastado. Irak es más estable de lo que ha sido en mucho tiempo. Los afganos han combatido a los talibanes hasta llegar a un punto muerto.

Cuando el Departamento de Defensa redistribuye fuerzas, no debería tener nada que ver con la política.

La influencia estadounidense en ambas regiones está en alza. En Oriente Medio, la administración Trump selló recientemente un importante acuerdo que normaliza las relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos. En Asia Meridional, la asociación entre Estados Unidos e India ha crecido a pasos agigantados.

Todos estos avances no se habrían logrado sin tropas estadounidenses sobre el terreno. Pero las fuerzas estadounidenses no han soportado la carga solas. Más bien, han compartido la carga de hacer avanzar los intereses comunes contra adversarios comunes.

Dicho esto, la pregunta correcta, ahora como siempre, es: ¿Qué es lo siguiente?

A medida que disminuye la necesidad de fuerzas estadounidenses en Irak y Afganistán, éstas deben redistribuirse para otras misiones. Dado que Estados Unidos es una potencia mundial con intereses y responsabilidades globales, hay muchas otras tareas en la lista de tareas pendientes. Además, las fuerzas armadas tienen que entrenarse y prepararse para futuras misiones.

Lo fundamental es que la retirada de las fuerzas estadounidenses tiene que basarse en las condiciones del mundo real, no estar dirigida por el calendario. La administración Trump ha adoptado ese enfoque. Tanto en Irak como en Afganistán, Estados Unidos ha consultado con las naciones anfitrionas, que han acordado que la reducción de tropas tiene sentido.

En ninguno de los dos casos está Estados Unidos abandonando a nuestros amigos o responsabilidades. Esto es importante en Afganistán, donde Estados Unidos ha dejado claro a los talibanes que el futuro de los niveles de tropas estadounidenses vendrá determinado por los avances en las conversaciones entre los talibanes y el gobierno afgano. Los talibanes están muy equivocados si piensan que Estados Unidos simplemente se olvidará del pueblo afgano y se marchará.

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Asimismo, Estados Unidos no tiene ningún interés en ceder terreno en Oriente Próximo a Irán. Estados Unidos continuará asociándose con el pueblo iraquí para seguir reforzando tanto su seguridad como su economía.

De hecho, los próximos pasos para hacer avanzar realmente los intereses estadounidenses y la paz regional en Oriente Próximo y Asia Meridional no se centrarán en el tamaño de las fuerzas estadounidenses en las regiones.

En Oriente Medio, Estados Unidos debe seguir haciendo hincapié en la cooperación y la asociación regionales. La visión del presidente Trump de lograr una seguridad colectiva y una asociación económica con naciones afines de Oriente Medio está cada vez más cerca de hacerse realidad. Su administración debe redoblar ese esfuerzo.

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En Asia Meridional, Estados Unidos ha logrado un enorme impulso. Un Afganistán estable y una asociación cada vez mayor con la India presentan oportunidades extraordinarias: una oportunidad única en una generación de convertir Asia Meridional en la piedra angular de la estrategia Indo-Pacífica libre y abierta. Es una oportunidad que Estados Unidos no puede dejar pasar.

El presidente Trump ha prometido poner fin a las "guerras interminables" de Estados Unidos. Está cumpliendo esa promesa retirando responsablemente las tropas de Irak y Afganistán y continuando nuestra asociación con esas naciones para preservar su estabilidad y seguridad.

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