Jesús es la prueba de que llorar no es un signo de debilidad: No pasa nada por no estar bien

(2012 Getty Images)

A veces es difícil expresar tus sentimientos a la gente que te rodea. No porque tengas miedo del qué dirán, sino porque nuestra cultura no parece muy dispuesta a ser sincera sobre sus dolores. La realidad es que demasiada gente se pone una fachada de perfección para evitar que la gente sepa cómo están sufriendo de verdad. Es como si todo el mundo sintiera que mostrar dolor es un signo de debilidad.

Estoy aquí para decirte que está bien no estar bien a veces. No pasa nada por admitir que estás dolido, roto o incluso confuso sobre tu situación actual en la vida. Está bien... Recuerda que, en Juan 11:35, incluso el propio Jesús lloró.

1. ESTÁ BIEN LLORAR

No hay nada malo en llorar y soltar unas cuantas lágrimas. Quienquiera que dijera que llorar es cosa de bebés era un mentiroso, y desde luego no había visto nunca El diario de Noa. La realidad es que hasta el propio Jesús lloró y llorar puede ser a veces el alivio que necesitas para seguir adelante y reagruparte. Mostrar emociones es bueno para el alma, y se sabe que llorar ayuda a regular la depresión, la ansiedad e incluso el estrés.

2. NO PASA NADA POR FRUSTRARSE

Nadie tiene las respuestas a todo, e incluso las personas más inteligentes del mundo se sienten frustradas a veces. Está bien no saber la respuesta, la solución o la razón de las cosas que han ocurrido. La luz al final del túnel es saber que Dios lo tiene todo bajo control, incluso cuando nosotros mismos no lo tenemos. No dejes que nadie te diga que está mal frustrarse. A veces la frustración es el caldo de cultivo del cambio.

3. ESTÁ BIEN ESTRESARSE

Admitámoslo, el estrés es inevitable. No digo que vaya a consumir toda tu vida, pero el estrés es una de esas cosas con las que todos acabaremos encontrándonos de una forma u otra. Cuando entres en áreas de tu vida que se consideren estresantes, date cuenta de que sólo va a durar tanto como tú se lo permitas. El estrés es inevitable, pero no lo es permitir que controle tu vida. Está bien estar estresado a veces, pero no dejes que el estrés se convierta en lo que eres.

4. ESTÁ BIEN NO ENTENDER

No todo va a tener una respuesta, pero ahí es donde entra la belleza de la fe. Hay circunstancias y acontecimientos en tu vida que no vas a comprender, pero tienes que darte cuenta de que está bien no conocer todas las respuestas. Hay humildad en decir "no lo sé". Y francamente, a veces admitir que no sabes es el primer paso para encontrar paz y consuelo en tu situación. No dejes que nadie te diga que está mal admitir que no entiendes.

Está bien no estar bien. Job, Elías, Jonás y Abraham fueron hombres que, a lo largo de la Biblia, tuvieron que enfrentarse a momentos increíblemente duros, pero Dios siguió viéndoles a través de su dolor. Para ellos estaba bien no estar bien. ¿Por qué? Porque eran humanos, y Dios nos creó para sentir todo tipo de emociones.

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