Lori Loughlin y Felicity Huffman demuestran ser los "padres cortacésped" definitivos

El último escándalo de trampas en la universidad ya ha pillado con las manos en la masa a más de 50 adultos, entre ellos entrenadores, administradores de exámenes, directores ejecutivos y famosos de Hollywood, por no mencionar que ha puesto en aprietos a universidades de élite como Yale, Stanford, Georgetown, USC y UCLA.

Que se hacen trampas en los estudios no es exactamente una noticia de última hora. Hace algún tiempo, el Educational Testing Service y el Ad Council incluso lanzaron una campaña para desalentarlo con el eslogan: "Hacer trampas es una falta personal". Con el "aumento de la competitividad para la admisión en universidades y escuelas de postgrado", según la Hoja informativa sobre las trampas académicas, hacer trampas "es visto por muchos estudiantes como un medio para conseguir un fin rentable".

Pero, ¿y si tus padres son ricos y hacen trampas por ti pagando para obtener mejores resultados en los exámenes, como la actriz de "Mujeres desesperadas" Felicity Huffman, que pagó 15.000 dólares disfrazados de donación benéfica para que su hija pudiera participar en la estafa de los exámenes de acceso a la universidad, según documentos judiciales?

CÓMO SER UN PADRE "CORTADOR DE CÉSPED" SÓLO LLEVARÁ A TU HIJO AL FRACASO

O qué pasa si se inventan logros deportivos para conseguir que entres en una universidad de primera, como la actriz de "Fuller House" Lori Loughlin, acusada de aceptar pagar 500.000 dólares en sobornos para que sus dos hijas fueran designadas reclutas del equipo de tripulación de la Universidad del Sur de California, a pesar de que ninguna de ellas practicaba ese deporte.

Ni siquiera tienes que trabajar para conseguir esa puntuación máxima en el SAT o el puesto de capitán de la tripulación. Te lo compran, como un iPhone nuevo. Sólo tienes que cobrarlo con Mastercard... ka-ching.

Todo parece "rentable"... hasta que te pilla el Departamento de Justicia.

Pero, ¿realmente querrían tus hijos que hicieras eso por ellos? ¿Por qué no se lo preguntas y lo utilizas como un "momento de enseñanza" natural para resaltar la importancia de la verdadera autoestima y el valor del trabajo duro?

Lanza esto en la mesa "Me encantaría saber tu opinión sobre algo. Acabo de ver una noticia impactante sobre unas personas muy ricas que pagaron mucho dinero para que sus hijos fueran a la universidad adecuada. Nosotros no somos ricos, pero me pregunto: Si lo fuéramos y yo hiciera eso por vosotros dos, ¿qué os parecería?".

Espera. Si tienes dos hijos, sus respuestas serán previsiblemente tan diferentes como la noche y el día.

Niño 1: "Estaría disgustado y dolido. No crees mucho en mí, ¿verdad? Quiero decir, pagaste a alguien porque no creías que pudiera entrar por mí mismo estudiando y trabajando duro".

Kid 2 se encoge de hombros: "Si pudiera entrar en una gran escuela como ésa como un hecho, sin sudar por una solicitud o un examen, ¡genial! ¿Qué tiene eso de malo?"

Kid 1 contraataca: "Tú no entraste en la escuela, Dumbo. Mamá te metió pagando a alguien. ¿Me estás diciendo que te sentirías bien con eso?".

Chico 2: (Silencio).

Chico 1: "Y te pillarían, porque eres estúpido. Aunque no lo hicieras, nunca podrías seguir el ritmo de trabajo en una universidad en la que no merecerías entrar".

Fíjate. Sin ningún sermón por tu parte, tu hijo mayor acaba de consolidar su creencia en la auto-recompensa de trabajar duro, y tu hija pequeña ha recibido una llamada de atención sobre el mundo real.

Nadie se siente realmente bien cuando se le entregan recompensas inmerecidas (sobre todo si hay mentiras de por medio). Por eso siempre digo a los padres: "Nunca harás ningún favor a tus hijos si les quitas la nieve de los caminos de la vida". Nadie puede comprarte autoestima. Tienes que ganártelo tú mismo.

Sencillamente, nadie se siente realmente bien cuando se le entregan recompensas inmerecidas (sobre todo si hay mentiras de por medio). Por eso siempre digo a los padres: "Nunca harás ningún favor a tus hijos si les quitas la nieve de los caminos de la vida".

Nadie puede comprarte autoestima. Tienes que ganártelo tú mismo.

Si fueras una de esas dos madres actrices, imagínate explicando lo que hiciste a tu(s) hija(s) en la mesa de la cena: "Cariño, pensaba que no eras lo bastante lista/talentosa para entrar en esa escuela, así que sólo intentaba ayudar...".

Entonces imagina la expresión de tu hija al darse cuenta: No sólo se me denegará la admisión en la universidad de la que presumía ante mis amigos, sino que mi historial académico queda arruinado de por vida.

Como escribí en un artículo de opinión anterior, padres, si creéis que hacéis esas cosas por vuestro hijo, miraos bien en el espejo. Sois egoístas. Todas esas cosas que estáis haciendo... bueno, en realidad no las estáis haciendo por vuestro hijo. Las haces por ti, porque la idea de que tu hijo sea infeliz, se esfuerce, fracase y no pueda competir con sus compañeros te vuelve loco.

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Pero he aquí la ironía. Hacer por tu hijo cualquier cosa que podría hacer por sí mismo en realidad consigue lo contrario de lo que realmente quieres. Arruina las posibilidades de éxito de tu hijo en la vida porque debilita su determinación, acaba con su capacidad de recuperación, destroza su autoconcepto y disminuye su deseo de hacer algo en la vida por sí mismo.

Eso sí que pondría pegas a una relación paterno-filial.

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