MAX LUCADO: ¿Qué ocurre después de la jornada electoral del 5 de noviembre?
Podemos afrontar los problemas de este mundo centrándonos en las promesas del próximo
{{#rendered}} {{/rendered}}
Se acercan unas elecciones nacionales. Amigos, familiares y vecinos están enfrentados.
Los resultados pueden ser cuestionados. En qué momento nos encontramos. Entre el bombardeo y las votaciones, es difícil ver nuestro camino hacia un tiempo de esperanza, de paz.
¿Te preguntas qué pasará después del 5 de noviembre? Para la persona de fe, se parece mucho al 4 de noviembre. Reza. Ama. Confía.
{{#rendered}} {{/rendered}}
Reza. Quizá te encuentres inseguro sobre cómo rezar. Todo parece tan confuso, tan enfadado, tan agotador. He aquí dos temas que podrías considerar para tus conversaciones con Dios.
ESTE GRUPO TIENE LOS NÚMEROS PARA DECIDIR LA PRESIDENCIA DE EE.UU. - SI RESULTAN
Levantemos a nuestra nación. Somos una familia con mucha historia compartida y un futuro importante. Pidamos a Dios que nos humille, nos escuche y nos cure. Puede parecer inútil, pero recuerda: el poder no está en el que reza, sino en el Dios que escucha.
{{#rendered}} {{/rendered}}
Y pidamos a Dios que ayude a nuestros vecinos, y que esa ayuda empiece por nosotros. Pidamos compasión para acercarnos a la madre soltera del otro lado del pasillo en el trabajo y a la persona recluida en la residencia de ancianos. Reza por la esperanza de los que aún se recuperan de las tormentas, ya se llamen Helene o Milton, o divorcio o enfermedad crónica. Que Dios traiga su bálsamo curativo de esperanza.
Y reza por aquellos vecinos con los que no estés de acuerdo. Sí, incluso por aquellos que te hacen enfadar. La forma más rápida de apagar el fuego de la ira es con un cubo de oraciones. En lugar de culpar, reza. Jesús lo hizo. Mientras colgaba de la cruz intercedió por sus enemigos: "Padre, perdónales; no saben lo que hacen" (Luke 23:34 MSG).
Nunca nos parecemos más a Jesús que cuando rezamos por los demás: por aquellos con los que estás de acuerdo y por aquellos con los que no. Reza por este mundo herido. A Dios le importa todo.
{{#rendered}} {{/rendered}}
El amor. Ahora bien, el amor no es precisamente la palabra clave del día. Contencioso, sí. Ansiedad, seguro. Miedo, nuestro compañero constante. Pero el amor parece escasear.
Comprobemos nuestra fuente. Este mundo preocupado no es el lugar al que mirar en busca de amor firme. En lugar de eso, dirijamos nuestra mirada a un Dios bondadoso cuyo amor nunca fallará. Los gobiernos fracasarán, pero el amor de Dios perdurará. Las coronas son temporales, pero el amor es eterno. Tu dinero se acabará, pero su amor nunca lo hará.
{{#rendered}} {{/rendered}}
Deja que Dios te ame. Y deja que te ayude a compartir ese amor con los demás. Párate un momento, ahora mismo, y haz una lista de tres personas a las que puedes mostrar amor hoy, en silencio, con sencillez y sin condiciones. Te prometo que esa ofrenda de amor volverá a ti de formas inesperadas, y el esperanzómetro de tu corazón subirá como el sol de la mañana.
Y por último, la confianza. Es difícil, lo sé. Hay tantas incógnitas y las cosas que sabemos son preocupantes. Son tiempos difíciles, con retos tanto en casa como en el extranjero. El liderazgo importa. Pero tanto si tu candidato preferido ocupa la Casa Blanca como si no, podemos saber que Dios se encarga de quién está al mando. Proverbios afirma que el corazón de un rey es como un arroyo de agua en la mano del Señor; él lo dirige hacia donde le place (Proverbios 21:1).
{{#rendered}} {{/rendered}}
¿Puedo sugerir que levantemos la mirada y cambiemos nuestros pensamientos? Podemos afrontar los problemas de este mundo centrándonos en las promesas del próximo. El futuro no es tan aterrador si conoces el futuro. Y puedes conocer el futuro cuando sabes quién lo controla.
Uno de mis libros favoritos de ilustraciones de sermones contiene la historia de un misionero y su hijo. Se trasladaron de Inglaterra a África Central en compañía de otros cuatro adultos. Tres de ellos murieron. La salud del padre empezó a flaquear, por lo que resolvió regresar a Inglaterra.
Él y su hijo atravesaron África dando tumbos durante días en una vieja carreta destartalada. Al llegar a la costa, se embarcaron hacia Inglaterra por mar. A las pocas horas se encontraron con una tormenta brutal. Las olas y el viento se combinaron para hacer sonar ráfagas de cañón y sacudir el barco de proa a popa. Durante una tregua en la tempestad, el padre abrazó y calentó a su hijo.
{{#rendered}} {{/rendered}}
Entonces el niño preguntó: "Padre, ¿cuándo tendremos un hogar que no tiemble?".
HAZ CLIC AQUÍ PARA VER MÁS OPINIONES DE FOX NEWS
No puedo dar fe de la historia. El libro no proporciona ninguna fuente. Pero sí puedo responder de la pregunta. Yo la he formulado. Tú te la has hecho. Todas y cada una de las personas han sentido este mundo con sus problemas y temblores y han preguntado: "Dios, ¿cuándo tendremos un hogar que no tiemble?".
{{#rendered}} {{/rendered}}
¿Su respuesta? "Pronto, querida niña. Muy pronto".
Este mundo, tan al revés, estará al derecho. Las personas que fueron rechazadas en esta vida serán respetadas en la próxima. En esta era fueron esclavizados y vendidos; en la próxima gobernarán y reinarán. En esta época eran minusválidos y estaban enfermos; en la próxima servirán con cuerpos perfeccionados y glorificados.
HAZ CLIC AQUÍ PARA OBTENER LA APLICACIÓN FOX NEWS
{{#rendered}} {{/rendered}}
Esto suena a paraíso. Esto suena como el final perfecto. Esto suena a la gran conclusión de la historia de Dios.
Podemos rezar, podemos amar y podemos confiar, amigo mío. Lo que Dios dice que sucederá, sucederá.