Andrew McCarthy Michael Flynn perderá la batalla pero ganará la guerra para poner fin a su procesamiento

El espectro de un indulto presidencial ha envalentonado al juez Sullivan para dar rienda suelta a su locura interior

El general Michael Flynn va a perder la batalla. Esa fue la conclusión de la vista del martes ante el Tribunal de Apelaciones del Circuito de Washington. Flynn acabará ganando la guerra, pero el primer asesor de seguridad nacional del presidente Trump sigue inmerso en una lucha sin cuartel, y le esperan más escaramuzas.

La batalla en cuestión es la petición de Flynn al Circuito de Washington D.C. para que emita un mandamus contra el juez federal de distrito Emmet Sullivan. El mandamus es un recurso extraordinario. Es algo así como el último recurso, cuando un juez actúa de forma tan anárquica que el daño podría ser incurable si no interviene un tribunal superior.

En este caso, el auto judicial ordenaría al juez Sullivan que pusiera fin a su muy irregular investigación sobre la petición del Departamento de Justicia de desestimar el caso contra Flynn y simplemente concediera esa petición, como exige la ley.

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Flynn acabará consiguiendo que se desestime el caso, porque tiene un as en la manga: Si todo lo demás falla, el presidente le indultará.

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Mientras tanto, tal vez Sullivan conceda la moción de desestimación, como insinuó el abogado del juez en la vista. Si no lo hace, tal vez todavía haya tiempo para que Flynn consiga una revocación en apelación, una posibilidad que algunos jueces de circuito sugirieron pero que, en la práctica, puede depender de si el presidente Trump es reelegido (si Trump pierde, tendría que indultar antes del 20 de enero).

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Naturalmente, Flynn preferiría no seguir la vía del indulto; hay más reivindicación si el caso se desestima formalmente a petición de la fiscalía que lo inició.

El espectro del indulto tiene un efecto distorsionador en el proceso. Ha envalentonado a Sullivan -un hombre errático e irascible que ha sido juez durante 36 años- para dar rienda suelta a su locura interior, sabiendo que al final no cambiará nada. Los jueces del circuito se muestran más reticentes de lo que lo estarían en otras circunstancias a la hora de contenerle.

Esa es la conclusión de este analista tras escuchar los alegatos orales del martes, un asunto de casi cuatro horas. Los abogados de Flynn, del Departamento de Justicia y de Sullivan presentaron argumentos y fueron interrogados con precisión por diez jueces de apelación.

Aunque concebida como un procedimiento judicial presencial, la vista en banc (o tribunal en pleno) se celebró por teleconferencia de audio. Las cosas fueron bastante bien, aunque se produjeron los fallos técnicos ocasionales y la cacofonía de voces en off en competencia a la que nos ha acostumbrado la era COVID-19.

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