Aquí tienes 5 razones para mantener sobre la mesa una zona de exclusión aérea en Ucrania

Una política de zona de exclusión aérea como opción conserva la influencia estadounidense

En un apasionado discurso pronunciado el miércoles, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, preguntó al Congreso si era "demasiado pedir" que Estados Unidos declarara una zona de exclusión aérea sobre Ucrania. De momento, la respuesta es afirmativa.

Aunque Estados Unidos, en su mayor parte, se ha mostrado dispuesto a considerar muchas formas de apoyo a Ucrania, altos dirigentes de la administración y del Congreso han descartado categóricamente declarar una zona de exclusión aérea sobre el país.

ZELENSKYY LANZA UN MENSAJE DIRECTO A BIDEN EN SU DISCURSO ANTE EL CONGRESO

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, pronuncia un discurso virtual ante el Congreso por vídeo en el Capitolio de Washington, el miércoles 16 de marzo de 2022. (Drew Angerer, Pool vía AP) (Drew Angerer, Pool vía AP)

El Secretario de Estado Anthony Blinken, al ser preguntado por la zona de exclusión aérea, advirtió de que Estados Unidos quiere "poner fin a esta guerra en Ucrania, no iniciar una mayor". Los senadores Marco Rubio y Joni Ernest advirtieron igualmente que declarar una zona de exclusión aérea "sería la Tercera Guerra Mundial". Destacados periodistas se han hecho eco de estos sentimientos, escribiendo que Estados Unidos debería "desterrar la frase 'zona de exclusión aérea'" porque "daría el pistoletazo de salida a la III Guerra Mundial". Destacados analistas de defensa han estado de acuerdo. 

Todos argumentan esencialmente que una política de zona de exclusión aérea no es una medida pasiva, que implica derribar aviones rusos y atacar las defensas aéreas rusas. Es, en efecto, la guerra. Dado que Rusia es un adversario nuclear, la idea es que la política de una zona de exclusión aérea debe descartarse. Sin embargo, aunque los responsables políticos estadounidenses dudan con razón en aplicar una política de zona de exclusión aérea, podría ser un error estratégico decirlo en público.

En primer lugar, según la comunidad de inteligencia, es probable que Putin "redoble la apuesta" en lugar de dejarse disuadir de nuevas agresiones, por lo que cualesquiera que sean las atrocidades que se hayan cometido, podrían ser mucho peores en las próximas semanas. Las fuerzas rusas ya han bombardeado objetivos civiles indiscriminadamente y han atacado una central nuclear, con el riesgo de una catástrofe nuclear. Putin ya ha cuestionado el "futuro del Estado ucraniano" y ha amenazado con utilizar armas nucleares, una amenaza que los principales analistas rusos consideran plausible. 

En otras palabras, aunque debería haber un umbral alto para que Estados Unidos y sus aliados se arriesguen alguna vez a una confrontación directa con Rusia, en este momento, Estados Unidos no puede tener la garantía de que Rusia no cruzará esa línea.

En segundo lugar, mientras Estados Unidos y sus aliados intentan trazar una línea clara entre la confrontación indirecta -proporcionar armas y sanciones económicas- y el conflicto directo, Putin puede no ver la situación del mismo modo. Después de todo, tal vez desde la perspectiva rusa, si el misil estadounidense derriba un avión ruso, ¿importaría si es un estadounidense o un ucraniano quien aprieta el gatillo? Además, Putin ya comparó las sanciones occidentales que aplastan la economía con "una declaración de guerra". Y para ser justos, el alcance y la gravedad de las sanciones occidentales pueden tener al final un impacto mayor y más duradero en Rusia que lo que resulte de una posible política de zona de exclusión aérea.

En tercer lugar, aunque una política de zona de exclusión aérea entraña riesgos significativos, hay varios peldaños en la escalera de la escalada entre eso y la III Guerra Mundial. Primero, los rusos deben decidir desafiar la zona de exclusión aérea. Si lo hacen, Estados Unidos y sus aliados deben entonces disparar a las fuerzas rusas. Y entonces, los rusos deben responder del mismo modo. A partir de ahí, la cuestión es si la violencia se descontrola o si se mantiene el ojo por ojo. Aunque es posible que se produzca una escalada, podría decirse que ambas partes también tienen el incentivo de mantener el conflicto limitado a la propia Ucrania, aunque sólo sea para evitar la aniquilación mutua.

En cuarto lugar, al descartar ahora una política de zona de exclusión aérea, Estados Unidos pierde una posible influencia para un acuerdo futuro. Las investigaciones sugieren que las sanciones, por sí solas, rara vez obligan a los Estados a abandonar sus principales preocupaciones en materia de seguridad. De hecho, algunos analistas han afirmado que Putin probablemente incluyó al menos parte del coste de las sanciones en sus cálculos para invadir Ucrania. En consecuencia, para empujar a Putin a cambiar de rumbo en el país podría ser necesario amenazar con algo más, lo que podría incluir una intervención directa.

Por último, hay una cuestión de precedentes estratégicos globales. Estados Unidos está entrando en un periodo nuevo y más peligroso, y muchos de sus adversarios disponen o dispondrán pronto de armas nucleares. Esto se aplica actualmente a Rusia, pero también a China, Corea del Norte y, potencialmente, en algún momento, también a Irán. Por tanto, la política estadounidense respecto a Ucrania envía un mensaje más amplio a estos otros adversarios: Si Estados Unidos descarta a priori opciones como una política de zona de exclusión aérea, podría enviar una poderosa señal a otros actores nefastos de que si uno tiene armas nucleares, puede protegerse de cualquier acción militar estadounidense.

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Como opción operativa, es posible que Estados Unidos y sus aliados no quieran declarar ahora mismo una zona de exclusión aérea sobre Ucrania. Una decisión así tendría probablemente un coste de vidas estadounidenses, potencialmente muchas. También entrañaría riesgos, incluida una posible escalada nuclear. También habría que sopesar una serie de factores logísticos y operativos. Todos estos factores pueden hacer que un enfoque indirecto de suministro a Ucrania de sistemas antiaéreos sea la opción táctica preferible por el momento. 

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Sin embargo, como cuestión de política estratégica, los dirigentes estadounidenses deberían dejar sobre la mesa una zona de exclusión aérea. Dado su comportamiento en las últimas semanas, Rusia puede forzar la mano de Estados Unidos. E incluso si Estados Unidos nunca la aplica, mantener una política de zona de exclusión aérea como opción conserva la influencia estadounidense y evita peligrosos precedentes mundiales. De hecho, la única opción peor que aplicar una zona de exclusión aérea puede ser descartar por completo dicha política.

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