Lo que el funeral de la reina Isabel dijo al mundo y lo que significa para Gran Bretaña, el rey Carlos
La reina Isabel fue una campeona de la democracia británica y eso importa a Gran Bretaña y al rey Carlos de cara al futuro
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En los últimos 10 días se ha reflexionado mucho sobre la Reina Isabel: los retos a los que se enfrentó, sus muchos logros, los altibajos de su vida personal y de la vida del pueblo británico, y quizá de todos nosotros.
El reinado de la reina abarcó toda la historia moderna británica. Entonces, ¿qué nos ha dicho este estallido de recuerdos sobre lo que se avecina para Albión y el resto del mundo?
La corona sigue siendo importante.
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No nos quedamos paralizados por nostalgia ni obsesionados por la prensa sensacionalista. La nación, el mundo, no se habrían detenido a honrar y reflexionar sobre su vida si la corona fuera sólo una corona.
Isabel fue, ante todo, una defensora de la democracia británica. Fue la Primera Sirviente del pueblo y un poderoso recordatorio de que es el propio pueblo británico quien es soberano.
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Son los gobiernos, no las coronas, los que son elegidos para hacer el trabajo del pueblo. Gran Bretaña prosperará, si su nuevo rey y sus dirigentes electos lo recuerdan.
Después de todo, fue un pueblo británico soberano el que votó a favor del Brexit. No querían que sus vidas fueran dictadas por los burócratas de Bruselas. Cuando se trata de libertad, seguridad y prosperidad, quieren tomar sus propias decisiones.
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La corona seguirá prestando un buen servicio si continúa siendo una voz de la democracia, no un gobernante que comparte su opinión personal sobre cómo debe funcionar la democracia.
Mientras tanto, el gobierno elegido de Gran Bretaña tiene una nueva primera ministra, Liz Truss. Tendrá que cumplir lo que ha dado éxito a Gran Bretaña en el pasado. Ahora que Gran Bretaña ha salido de la sombra de Bruselas y del COVID, es hora de que Whitehall ofrezca más libertad económica y menos niñera-estatismo.
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Esta lección también se aplica a Estados Unidos. El presidente Biden ha redefinido la democracia como estar de acuerdo con el presidente Biden. Esto le hace parecerse y sonar más al rey británico que los colonos estadounidenses rechazaron que al gobernante británico que hoy lloramos. Hacer el trabajo del pueblo, no dictarle cómo funcionarán las cosas, es la verdadera esencia de la democracia.
Biden tampoco está solo en su peculiar nueva definición de democracia. El Parlamento Europeo se dedica ahora a declarar que algunos miembros de la UE no son democracias, principalmente porque no están de acuerdo con Bruselas.
Las democracias prosperan con más autogobierno y menos gobierno.
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Gran Bretaña sigue siendo importante.
El Reino Unido sobre el que reinaba Isabel no era la potencia mundial que conocían los monarcas del pasado, pero el país sigue teniendo una enorme importancia geopolítica.
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Al operar fuera de la UE, Gran Bretaña es una potencia independiente con una perspectiva europea. Como tal, puede dar ejemplo a los demás. El Reino Unido, por ejemplo, impidió que las telecomunicaciones de Huawei formaran parte de su infraestructura nacional.
El gobierno británico reconoció los riesgos que la tecnología de Huawei -y sus vínculos con el régimen chino- suponían para la seguridad, la privacidad y el comercio británicos. Su actuación sentó un precedente para otros países. Del mismo modo, Gran Bretaña ha sido líder en la creación de una coalición de apoyo a Ucrania contra la agresión de Putin.
Gran Bretaña sigue siendo un aliado estratégico vital para Estados Unidos y el eje de la comunidad transatlántica.
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Para hacer frente a los retos globales que plantean Rusia, Irán y China, Liz Truss debe ser una líder del mundo libre tan decidida como lo fue Margaret Thatcher. Y la nueva reina de Gran Bretaña debe ser tan buena compañera como lo fue la reina cuando Thatcher lideró la Guerra de las Malvinas y luchó contra el imperio del mal soviético.
Aquí también hay una lección de liderazgo para nosotros. Biden ha sido demasiado el espectador en jefe. Parece más interesado en utilizar la política exterior para hacer avanzar su agenda política interna y sus políticas climáticas radicales que en hacer avanzar los intereses estadounidenses en el exterior.
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Biden no está solo. Otras grandes potencias del mundo libre, entre las que destacan Francia y Alemania, han sido las menos destacadas a la hora de contraatacar a Putin.
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Hubo grandeza en la segunda época isabelina. Líderes como Thatcher y la propia reina, sirvieron al pueblo y lo sacaron de las privaciones de la Inglaterra posterior a la Guerra Mundial para llevarlo a un estado moderno y próspero.
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Que el nuevo rey, el nuevo primer ministro y todos los demás dirigentes del mundo libre sigan su ejemplo y nos ayuden a todos a avanzar hacia un futuro mejor.