Diputado Lou Barletta: ¿Por qué dejamos que China controle nuestra vida cotidiana?

REUTERS

Una de las mayores amenazas para el modo de vida estadounidense no es algo de lo que oigas hablar en la televisión o leas en el periódico. Pero tiene repercusiones de gran alcance en todo, desde nuestra seguridad nacional hasta nuestros teléfonos móviles. Me refiero a los elementos de tierras raras -más conocidos como ETR- de los que, lo creas o no, dependemos casi totalmente de China.

En la actualidad, China controla casi todo el suministro mundial de REEs, que se utilizan en artículos que los estadounidenses usan a diario, como teléfonos móviles, ordenadores y automóviles, por no mencionar muchos de los principales sistemas de armamento de los que depende el ejército estadounidense para nuestra seguridad nacional.

El año pasado, China produjo más del 80% de los REE del mundo. Y, de 2013 a 2016, China representó el 78% de todas las importaciones de REE en América. Sólo en Norteamérica, estos materiales sustentan más de 329.000 millones de dólares de producción económica.

En los últimos meses, hemos visto de primera mano cómo China está más que dispuesta a utilizar su dominio comercial como arma contra nosotros, aprovechándose de materiales críticos, amenazando puestos de trabajo y poniendo en peligro nuestra seguridad nacional.

Y sabemos que China no deja de utilizar los ETR como moneda de cambio. En 2010, dejó temporalmente de exportar estos materiales a Japón durante una disputa territorial.

Nuestra dependencia de China para los REEs se ha convertido en una amenaza tal para la seguridad nacional que incluso el Pentágono ha expresado su preocupación al respecto.

A principios de este mes, el Departamento de Defensa presentó al presidente Donald Trump un informe en el que se destacaban las vulnerabilidades de la fabricación y la base industrial de defensa de nuestra nación. Y he aquí que una de las mayores preocupaciones del informe era el indiscutible control de China sobre el suministro de materiales críticos vitales para nuestra seguridad nacional, incluidos los ETR.

No podemos permitir que continúe esta insana dependencia de China. La buena noticia es que tenemos un gran suministro de REEs aquí mismo, en Estados Unidos, escondido en el carbón de antracita de Pensilvania, que se extrae comercialmente en el noreste del estado desde hace más de 150 años.

Los estudios han demostrado que los yacimientos de carbón de los Apalaches, en Pensilvania, contienen algunas de las mayores concentraciones de REEs del país. Y los investigadores han encontrado formas de extraer REEs de los subproductos del carbón de los Apalaches que son más respetuosas con el medio ambiente que los métodos tradicionales y requieren menos energía.

En mi propio distrito, conseguimos financiación para un proyecto piloto que estudia actualmente la posibilidad de extraer REEs de los residuos de las operaciones mineras en curso. Ahora más que nunca, debemos realizar inversiones significativas en investigación y proyectos nacionales de extracción de REE que puedan poner fin a nuestra dependencia de China.

Me complace ver que estas prioridades se incluyeron en la revisión exhaustiva del Pentágono de la fabricación y la base industrial de defensa de nuestra nación. Debemos seguir reforzando nuestra producción nacional de estos materiales críticos. Al hacerlo, podemos reforzar la seguridad nacional, devolver a Estados Unidos empleos bien remunerados y hacer crecer nuestra pujante economía.

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