Mientras tamizamos las réplicas del debate presidencial del martes por la noche, una pregunta sobresale: ¿Quién "ganó"? Aunque muchos cantarán las alabanzas del vicepresidente Kamala Harris y señalarán con el dedo la supuesta parcialidad del moderador contra el ex presidente Trump, la verdadera pregunta es: ¿quién ganó más votos tras el evento?
Ahí es donde tenemos que trazar la línea entre un mensaje eficaz y una estrategia lingüística sólida. Admitámoslo: si un buen mensaje no se traduce en resultados, carece de sentido.
Desgraciadamente para ambos candidatos, ninguno pareció tener mucho impacto entre los votantes indecisos.
Lo que Kamala Harris intentaba hacer
Harris entró en ese escenario de debate con la misión de articular una visión clara de cómo los próximos cuatro años serían mejores que los anteriores bajo la presidencia de Biden.
- La visión no brilló: Aunque se apoyó en su juventud como ventaja, su visión más amplia resultó un poco plana.
- Dando la vuelta a la tortilla: Hizo un gran trabajo poniendo a Trump a la defensiva, explotando eficazmente sus vulnerabilidades. Pero, ¿significó eso que captó el entusiasmo de los votantes? No del todo.
- Puntos de estilo: Con su serenidad y algunas frases destacadas, sin duda impresionó, pero seamos realistas: el estilo por sí solo no gana votos.
TrumpDesafío en el punto de mira
Por otro lado, Trump tenía una gran tarea: tranquilizar a los votantes sobre su estabilidad. Tenía que mostrar su lado "luchador", pero en lugar de eso, vimos sobre todo su versión "desquiciada".
- Dualidad de Trump: Afortunadamente para Trump, los votantes parecen haber tenido ya en cuenta ese comportamiento errático, pero eso no significa que no importe.
- Oportunidades perdidas: Debería haber hecho hincapié en sus puntos fuertes en temas candentes como la economía, la inflación y la inmigración. En lugar de eso, se distrajo a menudo con las provocaciones de Harris'.
EN EL CARA A CARA TRUMP-HARRIS HUBO UN CLARO GANADOR, PERO NO CREAS QUE ESTA ELECCIÓN HA TERMINADO
A pesar de no dominar el juego de los mensajes, Trump hizo un trabajo decente enmarcando dos cuestiones clave que perdurarán después del debate
Preguntas clave a tener en cuenta:
- "¿Estás mejor hoy que hace cuatro años?"
- "¿En qué se diferencia Kamala Harris de Joe Biden ?"
Lamentablemente, no se erigió en la respuesta obvia a esas preguntas, optando por reaccionar en lugar de trazar un plan sólido.
El juego de los mensajes
No lo olvidemos: un mensaje potente que no impulsa a la acción es bastante inútil.
- HarrisPuntos fuertes:Habló con seguridad y con anécdotas bien elaboradas. Además, fue capaz de atraer a Trump con eficacia, lo que fue un acierto por su parte.
- Habló con seguridad y con anécdotas bien elaboradas.
- Además, fue capaz de poner un cebo eficaz a Trump , una jugada inteligente por su parte.
Sin embargo, tras sondear a algunos votantes indecisos, quedó claro que su actuación no hizo cambiar de opinión a nadie.
- Pensamientos de los votantes:
- Muchos se preguntaron: "¿En qué se diferenciaría realmente una presidencia de Kamala Harris de la que hemos tenido durante los últimos cuatro años?". Ésa es una gran laguna que ella no salvó.
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Mensajería vs. Estrategia lingüística: La distinción clave
Esta es la conclusión: tenemos que diferenciar entre un buen mensaje y una estrategia lingüística eficaz.
- Conectando los puntos: el mensaje de Harrisenganchó al público, pero no abordó directamente lo que realmente preocupa a los votantes.
- Una conexión perdida: No basta con tener un discurso sólido si no consigues conectar con los temas que apasionan a la gente.
Conclusión
Así que, aunque está claro que Harris puede haber "ganado" en términos de rendimiento, la pregunta más importante es: ¿se traducirá esto realmente en votos? Muchos dudan de que se produzcan cambios significativos en las encuestas.
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Lo que ambos candidatos tienen que ofrecer es una estrategia lingüística sólida que resuene entre los votantes indecisos. El éxito en este ciclo electoral no consiste sólo en transmitir mensajes eficaces, sino en dar respuestas claras que coincidan con las esperanzas y preocupaciones reales del electorado.
A medida que nos acercamos al día de las elecciones, tanto Harris como Trump deben centrarse en el objetivo final: ganarse el corazón y la mente de los votantes, no sólo captar su atención. Porque, al final, son los votos los que realmente cuentan.