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Arabia Saudí y sus socios de la región pueden tener una relación tensa con Estados Unidos si la vicepresidenta Kamala Harris gana la presidencia, dicen los expertos. 

Como candidato a la presidencia en 2020, Harris se mostró muy crítico con el reino tras el asesinato del periodista Jamaal Khashoggi y respaldó un proyecto de ley del Senado de 2019 que exigía un informe público al respecto. 

Y en respuesta a un cuestionario de 2019 del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), Harris calificó a los saudíes de "socios fuertes", pero dijo que Estados Unidos necesitaba "reevaluar fundamentalmente nuestra relación" y "utilizar nuestra influencia para defender los valores e intereses estadounidenses".

También expresó su oposición frontal a la venta de armas a Arabia Saudí. 

El presidente Biden aprobó un enorme acuerdo de armas multimillonario con los saudíes en 2022, y después detuvo la venta de armas ofensivas a la nación hasta principios de este mes.

"Tenemos que poner fin al apoyo estadounidense a la catastrófica guerra dirigida por Arabia Saudí en Yemen", dijo Harris en respuesta al CFR.

EX FUNCIONARIO DE OBAMA PREDICE QUE HARRIS BUSCARÁ UN NUEVO ACUERDO NUCLEAR CON IRÁN 

"Lo último que debemos hacer es venderles miles de millones en armas", escribió en X, antes Twitter, en junio de 2019.

Mientras se presentaba a las elecciones, Biden prometió reevaluar los lazos entre Estados Unidos y Arabia Saudí por el asesinato de Khashoggi, pero al asumir la presidencia, llegó a una tregua con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, como forma de contrarrestar la creciente amenaza de Irán. 

Su administración lleva tiempo impulsando varios acuerdos para reforzar la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudí: garantías de defensa, cooperación nuclear civil y un histórico acuerdo bilateral para normalizar las relaciones entre el reino e Israel. 

"La administración Biden ha estado bastante pendiente de la relación con Arabia Saudí en lo que respecta a suministrarle las armas necesarias para defender la región de la agresión iraní", declaró a Fox News Digital Gerard Fillitti, asesor principal del grupo judío internacional de derechos humanos Lawfare Project.

"Joe Biden comprendió muy bien los entresijos de la implicación saudí en Yemen", prosiguió.

"No está tan claro que Kamala Harris comprenda esa relación y la necesidad de reforzar a Arabia Saudí como amortiguador frente a la intervención iraní y las expediciones militares en la región utilizando a sus apoderados".

Antes del atentado de Hamás del 7 de octubre, el gobierno de Biden hizo del acuerdo una de sus principales prioridades en Oriente Medio. Las negociaciones parecían acercarse a su fin, con el Secretario de Estado Antony Blinken y el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan visitando Riad en múltiples ocasiones. Pero desde entonces, las posibilidades de que el acuerdo se materialice antes de las elecciones se han disipado; sigue habiendo puntos conflictivos debido a la guerra en Gaza. 

Una administración Harris-Walz podría incluso "hacer la vista gorda" ante los abusos de Irán en favor de conversaciones diplomáticas encaminadas a la desnuclearización, según expertos en Oriente Medio. 

"La mayor amenaza para los saudíes es Irán", declaró Filitti a Fox News Digital. "Estará más abierta a negociar con Irán. Y recordemos que cada vez que se ha negociado con Irán, no ha acabado bien".

"A los socios y aliados de Estados Unidos en la región les preocupa que una administración Harris sea mucho más indulgente con la actividad regional de Irán que una administración Trump", declaró a Fox News Digital Firas Maksad, director principal del Instituto de Oriente Medio. 

Harris, en su respuesta respuesta al CFR dijo que estaba a favor de volver a unirse al Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA) de 2015, destinado a limitar los programas nucleares de Irán.

"La retirada unilateral del presidente Trump de un acuerdo que impedía de forma verificable que Irán obtuviera un arma nuclear -en contra de las advertencias de nuestros aliados más cercanos y sin ningún plan para lo que viene después- fue más que imprudente", afirmó.

Trump se retiró del JCPOA en 2018, argumentando que era demasiado débil para frenar las aspiraciones nucleares del régimen iraní, calificándolo de "una de las peores y más unilaterales transacciones en las que Estados Unidos haya entrado jamás."

El ex presidente Obama y sus aliados habían aceptado el acuerdo y lo consideraban un compromiso necesario para llevar a Teherán a la mesa de negociaciones. 

Maksad predijo que Harris intentaría reescribir el acuerdo nuclear con Irán.

"Los iraníes han dicho que ese acuerdo está muerto. Habrá que renegociarlo desde cero por diversas razones técnicas... pero espero que una administración Harris invierta mucho más tiempo y esfuerzo en la diplomacia con Irán y esté dispuesta a mirar hacia otro lado mientras Irán lleva a cabo sus nefastas actividades en toda la región en favor de dar prioridad a un acuerdo sobre el programa nuclear", declaró.

Después de que el líder supremo de Irán señalara esta semana su voluntad de volver a las negociaciones nucleares con Estados Unidos, el gobierno de Biden echó agua fría sobre esa idea. 

"Ahora mismo estamos muy lejos de algo así", declaró un portavoz del Departamento de Estado.