Renunciar a la nacionalidad suele ser cuestión de dinero, dicen los expertos

Elizabeth Taylor intentó renunciar a su nacionalidad, y el maestro de ajedrez Bobby Fischer lo consiguió.

Todos los años hay cientos de personas que renuncian a la nacionalidad estadounidense, pero suele haber un solo motivo: El dinero.

El cofundador de Facebook, Eduardo Saverin, podría ahorrarse cientos de millones de dólares renunciando a su nacionalidad y, según un abogado de inmigración y experto en asuntos de nacionalidad, el ahorro de impuestos -especialmente los impuestos sobre las plusvalías- suele ser la razón por la que la gente toma esa decisión.

"Esa es la razón: el dinero", dijo Michael Berger, del bufete de abogados de Buffalo Berger, Berger & Slepian. "No se me ocurre ninguna otra razón, fuera de algún tipo de protesta".

El año pasado, casi 1.800 personas renunciaron a su ciudadanía estadounidense, y el gobierno federal publica una lista trimestral que puede consultarse en línea aquí.

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No es sólo cuestión de papeleo. Tienes que decir a Estados Unidos en términos inequívocos que estás fuera. La Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1952 establece que los estadounidenses que renuncien a la nacionalidad estadounidense deben firmar un juramento de renuncia en presencia de un funcionario diplomático o consular de una embajada o cónsul extranjeros.

"Por la presente renuncio absoluta y totalmente a mi nacionalidad estadounidense, junto con todos los derechos y privilegios y todos los deberes de lealtad y fidelidad", reza el juramento.

El Departamento de Estado puede rechazar la renuncia. E incluso si se aprueba, para que sea válida, los ex ciudadanos deben vivir en otro lugar al menos 183 días al año. Para Saverin, eso significa pasar al menos la mitad de sus días en su Brasil natal o en Singapur, donde posee una vivienda y donde, por cierto, no se gravan con impuestos las ganancias de capital, ni los ingresos por inversiones, como los 4.000 millones de dólares que podría obtener de la oferta pública inicial de Facebook.

Al renunciar a la ciudadanía, Saverin se une en su decisión a una sirena de la pantalla, un cómico, un maestro del ajedrez y un icono de los derechos civiles. He aquí algunos ejemplos famosos de personas que renunciaron (o casi) a su ciudadanía estadounidense:

  • Elizabeth Taylor estuvo a punto de renunciar a su ciudadanía estadounidense en 1965 en un intento de mantener sus ingresos europeos fuera del alcance del Servicio de Impuestos Internos. Pero los funcionarios del Departamento de Estado denegaron su solicitud cuando ella no completó el juramento de renuncia, negándose a repudiar "toda lealtad a los Estados Unidos de América".
  • El cómico de los Monty Python Terry Gilliam, el único estadounidense de la famosa troupe, renunció en 2006 y se convirtió en ciudadano británico, diciendo: "cuando estire la pata, las autoridades fiscales estadounidenses evaluarán todo lo que poseo en el mundo -todo lo que poseo está fuera de Estados Unidos- y luego me cobrarán impuestos por ello, y eso significaría que mi mujer probablemente tendría que vender nuestra casa para pagar los impuestos."
  •  Bobby Fischer, el campeón de ajedrez que infringió una prohibición de viajar a Estados Unidos en 1992 al jugar un partido contra su eterno rival Boris Spassky en Yugoslavia, se nacionalizó islandés y renunció hace unos cinco años.
  • W.E.B. Du Bois, considerado por muchos el padre del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, renunció a su ciudadanía y se trasladó a Ghana, donde murió en 1963 a la edad de 95 años.
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