EEUU y Reino Unido culpan a Rusia del ciberataque "NotPetya" de 2017

La administración Trump se unió el jueves al gobierno británico al culpar públicamente al gobierno ruso del ciberataque "imprudente e indiscriminado" NotPetya que afectó a empresas de toda Europa el año pasado, y Londres acusó a Moscú de "convertir la información en un arma" en un nuevo tipo de guerra.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que el ejército ruso había "lanzado el ciberataque más destructivo y costoso de la historia". Añadió que la maniobra formaba parte del intento del Kremlin de "desestabilizar Ucrania y demuestra cada vez más claramente la implicación de Rusia en el conflicto en curso".

"También ha sido un ciberataque imprudente e indiscriminado que tendrá consecuencias internacionales", concluye la declaración de Sanders.

El brote de software de descifrado de datos, de rápida propagación, se centró en Ucrania, que está inmersa en un conflicto con los separatistas respaldados por Moscú en el este del país. Se extendió a empresas que hacen negocios con Ucrania, como la farmacéutica estadounidense Merck, la naviera danesa A.P. Moller-Maersk y TNT, filial de FedEx.

Tariq Ahmad, ministro británico de Asuntos Exteriores, afirmó que el "temerario" ataque costó a las organizaciones cientos de millones de dólares.

El secretario de Defensa británico, Gavin Williamson, acusó a Rusia de "socavar la democracia, destrozar los medios de subsistencia atacando infraestructuras críticas y convertir en arma la información" con ciberataques maliciosos.

"Debemos estar preparados y listos para hacer frente a estas amenazas descarnadas e intensificadas", declaró Williamson.

El ministro de Defensa danés, Claus Hjort Frederiksen, dijo que las agencias de inteligencia de Gran Bretaña, Dinamarca y otros países habían descubierto la responsabilidad rusa.

En su intervención en una reunión de ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas, dijo que el pirateo informático pretendía causar daños y debía "compararse con un ataque militar".

El portavoz del presidente Vladímir Putin, Dmitri Peskov, negó la implicación de Rusia.

"Negamos categóricamente las acusaciones. Las consideramos infundadas e infundadas y las vemos como la continuación de una campaña rusófoba sin fundamento", declaró a los periodistas.

Associated Press colaboró en la elaboración de este informe.

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