Guía de jardinería para principiantes

La jardinería tiene grandes recompensas: aire fresco, ejercicio, belleza y relajación, por nombrar algunas. Pero diseñar y plantar tu primer jardín puede parecer una tarea abrumadora. Por suerte, los jardines son creaciones sorprendentemente indulgentes, y la mejor forma de aprender es simplemente sumergiéndose en ellos. Aquí tienes 10 consejos para empezar un jardín nuevo con buen pie.

1. Conoce tu terreno. Tómate tu tiempo para familiarizarte con tu propiedad antes de empezar un nuevo jardín. He aquí algunas cosas que puedes probar mientras conoces tu paisaje:

  • Pasea tranquilamente por tu propiedad con un cuaderno y haz un croquis de las zonas de plantación existentes.
  • Añade notas al "mapa" de tu jardín sobre las zonas que reciben más sol y las que están a la sombra.
  • Un simple análisis del suelo en tu centro de jardinería local te dirá si tu suelo está bien equilibrado en nutrientes y pH.
  • Si estás pensando en cultivar comestibles (verduras, frutas o hierbas), es una buena idea hacer un análisis de plomo en el suelo. La mayoría de los kits caseros no son indicadores fiables de la presencia de plomo en el suelo, pero puedes enviar tus muestras de suelo a la Fundación Lead Safe America para que te hagan un análisis gratuito. Si descubres que tu tierra tiene un nivel inseguro de plomo, puedes cultivar plantas comestibles en bancales elevados o macetas con tierra nueva.
  • Enumera qué plantas y elementos existentes (como vallas o caminos) te gustaría conservar y cuáles hay que sustituir o eliminar.
  • Pasa tiempo en tu jardín. Permítete soñar despierto y comprueba si se te ocurre alguna idea creativa.

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2. Determina tu estilo y tus objetivos. Reúne algunas imágenes que te inspiren y busca un tema. ¿Te atraen los exuberantes jardines llenos de flores o los espacios exteriores modernos más nítidamente definidos? Emparejar algunas palabras con las imágenes que has elegido ayuda, así que intenta idear algo que evoque el tipo de jardín que quieres, aunque no sea un término de estilo "oficial".

Por ejemplo, quizá decidas que tu estilo es Zen Industrial o Moderno Lúdico o Cabaña Simplificada. Mientras lo averiguas, te ayudará tener a mano una foto del exterior de tu casa: sea cual sea el estilo que elijas, debe funcionar bien con el estilo arquitectónico de tu casa, así como con tus preferencias personales.

Una vez le hayas puesto nombre a tu estilo, tómate un momento para anotar las actividades y características que imaginas disfrutar en tu paisaje. Si tienes niños, quizá necesites mucho espacio abierto para corretear. O tal vez sueñes con relajarte en medio de un gran prado de flores silvestres: sea lo que sea, escríbelo.

3. Empieza poco a poco. Soñar es maravilloso, pero cuando llega el momento de empezar a cavar en la tierra, es igualmente importante mantener los pies en la realidad. Cuanto más grande sea el jardín, más tiempo y energía requerirá su mantenimiento. Examina lo que quieres (por ejemplo, un huerto) y luego redúcelo (por ejemplo, planta un bancal elevado en lugar de seis). ¡Siempre puedes ampliarlo el año que viene!

Esto también se aplica a la compra de plantas: Es fácil dejarse seducir por las abundantes plantas del vivero y volver a casa con demasiadas. Recuerda que plantar lleva su tiempo, así que compra sólo lo que puedas plantar cómodamente en uno o dos días.

4. Haz un plan. Aunque sólo vayas a plantar un huerto elevado o un ramillete de flores en maceta en el patio, tener un plan es fundamental. Si no estás seguro de qué plantas comprar, haz un viaje de "investigación" a un vivero local (¡sin comprar nada!) y haz fotos de las plantas que te gustaría añadir a tu jardín. Mira las etiquetas y anota cuándo florecen, así como los requisitos de sol y agua.

Reunir esta información en un plan esquematizado (no se requieren dotes artísticas) requiere tiempo extra al principio, pero al final el jardín tendrá más éxito. Elige plantas que florezcan en distintas estaciones para tener color durante todo el año, y asegúrate de elegir plantas con necesidades de sol y agua similares para plantarlas juntas.

5. Elige las herramientas adecuadas para el trabajo (sin pasarte). Disponer de las herramientas adecuadas hace que las tareas del jardín sean más agradables, pero no creas que necesitas comprar en la tienda desde el primer día. Con unas pocas herramientas y suministros, tu jardín funcionará sin problemas. Lo básico incluye:

  • Guantes de jardinería. Elige un par que sea cómodo y proteja contra las espinas.
  • Pala. Es esencial para preparar parterres de jardín de gran tamaño y para cavar hoyos para árboles, arbustos y plantas grandes. Una pala con punta puntiaguda es más versátil que una pala plana.
  • Paleta y escardillo (o cuchillo de jardinero japonés). Utiliza estas herramientas para cavar hoyos para plantar y arrancar las malas hierbas de raíz.
  • Manguera de jardín larga y boquilla pulverizadora. Elige una manguera lo bastante larga para llegar cómodamente a cada una de las zonas principales de tu jardín.
  • Podadora manual. Las podadoras afiladas pueden recortar ramas y podar plantas leñosas como el romero.
  • Rastrillo metálico. Utilízalo para extender mantillo y preparar los lechos para plantar.
  • Rastrillo de hojas. Utiliza un rastrillo flexible de plástico o bambú para recoger las hojas.

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6. Mezcla plantas perennes y anuales. Un error común de los novatos es coger demasiadas plantas de la sección de "anuales" del vivero, lo que hace que el jardín se muera en un solo año. Para conseguir longevidad y color, opta por una mezcla de perennes (plantas que vuelven año tras año) y anuales (plantas que florecen y mueren en una sola temporada).

7. Repite, repite, repite. Una forma estupenda de dar a tu jardín un aspecto de diseño profesional (con poco esfuerzo) es repetir las mismas plantas y materiales de jardinería en distintos lugares del paisaje. Evita elegir una planta de cada tipo, ya que esto tiende a parecer desordenado; incluso en un jardín salvaje de estilo cabaña inglesa, las plantas tienen mejor aspecto cuando se repiten o se plantan en grupos. Lo mismo ocurre con otros materiales: Elige sólo unos pocos materiales para los caminos, macetas, jardineras y muebles de exterior, y repite, repite y repite.

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8. Combina semillas e inicios para obtener una mezcla asequible. Empezar un jardín entero a partir de semillas puede ahorrar dinero, pero también puede ser increíblemente frustrante. Comprar sólo plantas iniciadas no sólo es caro, sino que también puede limitar tu elección de qué cultivar. La mejor opción suele ser una combinación de ambas: Recoge algunos plantones iniciados en tu vivero local y empieza a cultivar algunos tú mismo a partir de semillas. Algunas buenas plantas para sembrar tú mismo son la lechuga, los rábanos, las judías, los girasoles, las caléndulas, los cosmos y las zinnias.

9. Cultiva lo que te gusta. Esto parece muy sencillo, pero es algo que incluso los jardineros más experimentados parecen olvidar a veces. ¿Para qué cultivar calabaza si no es realmente tu favorita? A lo largo de los años, hemos dejado de molestarnos en cultivar judías y calabacines, y en su lugar dedicamos espacio extra de jardín a los favoritos de la familia, como guisantes, rábanos, col rizada toscana y mini calabazas para Halloween.

10. Amplía tus conocimientos de jardinería. Buscar talleres locales es una forma estupenda de aprender más sobre jardinería y conectar con otros jardineros de tu comunidad. Busca en viveros, jardines comunitarios y jardines botánicos de tu zona talleres gratuitos o de bajo coste sobre una amplia gama de temas, como jardinería en macetas, uso de plantas autóctonas, atracción de polinizadores, creación de un jardín respetuoso con el agua y compostaje.

La jardinería es una experiencia de aprendizaje permanente, e incluso los jardineros más experimentados están aprendiendo todo el tiempo, así que no te castigues si te parece que hay demasiado que saber. Empieza por algún sitio y ve temporada a temporada. Lo maravilloso de la jardinería es que suele haber margen para repetir.