Evitar las estafas inmobiliarias

Las personas que se preocupan por el dinero son las más vulnerables a las estafas que prometen soluciones rápidas, pero sólo ofrecen más dificultades económicas. Recientemente, hablé con la fiscal del estado de Florida, Pam Bondi, en el programa The Property Man, y me advirtió de que hay mucha gente sin escrúpulos que busca aprovecharse de las desgracias ajenas. Si has acumulado capital en tu vivienda -sobre todo si eres anciano- o te enfrentas a una crisis por ejecución hipotecaria o pérdida de tu casa, tienes que ser inteligente para ir un paso por delante.

Los estafadores tienen un radar bien afinado para encontrar a personas desesperadas por encontrar soluciones. Las personas que quieren refinanciar sus deudas para aliviar presiones financieras, como las deudas de las tarjetas de crédito, son una de las presas más fáciles. El fraude hipotecario y de la vivienda se disparó cuando estalló la burbuja inmobiliaria. He aquí cómo protegerte a ti y a tu familia.

No escatimes a la hora de asesorarte. Buscar en Internet soluciones "low cost" probablemente te lleve a una situación de alto riesgo. Tu primer plan para conseguir una modificación del préstamo debe ser trabajar con tu banco o prestamista actual. Puede que tengas que invertir tu tiempo para llegar a alguien que pueda ayudarte, pero sigue intentándolo. Si decides contratar a un abogado para que trabaje en tu nombre, llama al Colegio de Abogados de tu estado para asegurarte de que está en regla. Un abogado reputado te pedirá un anticipo que depositará en una cuenta de depósito en garantía.

Haz tus deberes. No respondas a llamadas telefónicas, correos electrónicos o cartas de empresas que no conozcas y en las que no confíes. Investiga cualquier empresa con la que pienses trabajar llamando a la Oficina de Buenas Prácticas Comerciales (Better Business Bureau) de tu localidad y a la oficina del fiscal general de tu estado.

Lee la letra pequeña. Los estafadores suelen recurrir a tácticas de cebo y engaño. Envían montones de documentos "oficiales" para que los propietarios los firmen, y éstos se centran tanto en los números que no ven más allá del bajo tipo de interés prometido. Si no lees atentamente cada página antes de firmar, puedes acabar transfiriendo la propiedad de tu casa a un estafador. Mantente a salvo tú, tu casa y tus finanzas. Deja el bolígrafo y pide consejo a un profesional de confianza.

Las modificaciones de préstamo no requieren honorarios por adelantado. Si un agente, un bufete de abogados o un particular te dice que te costará dinero iniciar una solicitud de modificación, huye -no te vayas- del trato. Las comisiones por adelantado son directamente ilegales, así que denuncia a estos estafadores a la oficina del fiscal general de tu estado.

Asegúrate de que tu dinero va a parar a las personas adecuadas. Si recibes una carta diciendo que tu hipoteca ha sido vendida o transferida, llama a tu prestamista original para confirmarlo antes de enviar un cheque al "nuevo" administrador. Los estafadores sin escrúpulos pueden hacerse pasar por los propietarios de tu préstamo y cobrar tus pagos hasta que te des cuenta de que te han engañado.

Nadie va a hacerte ningún favor. Otra estafa habitual es cuando una empresa o un particular se ofrece a ayudarte a salir de una situación de ejecución hipotecaria "permitiéndote" que les transfieras la escritura para que puedan hacer los pagos en tu nombre, al tiempo que te permiten alquilarles tu casa. Te prometen que podrás volver a comprar tu casa una vez que te hayas recuperado. Incluso pueden darte un acuerdo de "recompra". Pero nunca recuperarás tu casa si caes en esta estafa. Si te limitas a transferir la escritura sin que el prestamista te libere de la hipoteca, los estafadores se embolsarán tu dinero e intentarán vender tu casa para su propio beneficio. Como no tienen intención de hacer pagos, saben que el banco no tardará en echarte de tu casa "alquilada".

Por último, si tuviera que darte un solo consejo, sería éste: Cuando se trata de "tratos" inmobiliarios, si parece demasiado bueno para ser verdad, ¡probablemente lo sea!

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