Hallan un trozo de secuoya de 50 millones de años en una mina de diamantes

La imagen de la derecha muestra el espécimen bien conservado descrito en el estudio. La madera se partió al extraerla del mineral, revelando una astilla de ámbar opaco (9,5 cm por 0,5 cm). A la derecha hay una foto de otro espécimen para comparar. Este fósil está incrustado en roca de kimberlita. (PLoS ONE)

A. Situación de la mina de diamantes de Ekati. B. Situación de la kimberlita de Panda en relación con otros conductos que componen la propiedad. C. Morfología del tubo de kimberlita de Panda y presencia de madera. (PLoS ONE)

En una búsqueda de diamantes en el extremo norte de Canadá apareció un raro fósil: un trozo de secuoya sellado en roca volcánica hace más de 50 millones de años.

Un estudio del espécimen bien conservado, que también contiene una astilla de ámbar, muestra que la región ahora helada donde se encontró tuvo un pasado más pantanoso.

Según los investigadores, la madera se encontró hace unos años en una tubería de kimberlita, denominada tubería Panda, a más de 315 metros bajo la superficie terrestre, en la mina de diamantes de Ekati, justo al sur del Círculo Polar Ártico, en los Territorios del Noroeste de Canadá.

Un tubo de kimberlita, un tipo de tubo volcánico, se forma cuando el magma de la kimberlita empuja a través de fracturas profundas de la corteza terrestre para crear una estructura vertical en forma de tubo que es más ancha en la parte superior, como una zanahoria. Las kimberlitas tienen los orígenes más profundos de todos los magmas de la Tierra y, cuando se enfrían, dejan tras de sí rocas densas en cristales, que a veces contienen diamantes.

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Los investigadores, que informan de sus hallazgos en un artículo publicado el 19 de septiembre en la revista PLoS ONE, afirman que el emplazamiento de la tubería de Panda estaba cubierto por un bosque de Metasequoia, similar a las secuoyas albares actuales, durante el Eoceno temprano. La erupción de kimberlita que se produjo allí hace unos 53,3 millones de años abrió un agujero en la superficie de la Tierra, succionando parte de aquellas secuoyas.

El autor principal del estudio, Alex Wolfe, de la Universidad de Alberta, explicó que el espacio abierto a lo largo del lateral de este agujero permitió a los árboles caer muy adentro. "Luego se enfrió y la madera quedó encerrada en la roca volcánica", dijo Wolfe a LiveScience en un correo electrónico.

El espécimen puede ser el más antiguo de su clase hallado en la región, superando en millones de años a la madera del bosque fósil de Axel Heiberg , en el norte de Canadá. Wolfe dijo que, para su edad, es con mucho el mejor conservado, lo cual es importante en una región donde los glaciares han borrado del mapa otros vestigios de la prehistoria.

"Todas las rocas sedimentarias y sus fósiles han sido borrados por la glaciación en esta parte del mundo", dijo Wolfe. "Así pues, tenemos, profundamente enterrados en estas rocas, vestigios de antiguos ecosistemas y una única fuente de fósiles relativos al carácter de los bosques eocenos del Canadá subártico".

Como el fósil está en tan buen estado, ofrece a los científicos una mejor imagen del clima de la región a principios del Eoceno. Midiendo la proporción de isótopos de oxígeno e hidrógeno (átomos del mismo elemento con diferente número de neutrones) en la celulosa bien conservada de la madera, los investigadores descubrieron que las temperaturas subárticas del oeste de Canadá eran de 12 a 17 grados C (21 a 30 grados F) más cálidas y cuatro veces más húmedas que las actuales.

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