El antiguo camello del Ártico, un curioso enigma

El camello del Alto Ártico en la isla de Ellesmere durante el periodo cálido del Plioceno, hace unos 3,5 millones de años. Los camellos vivían en un bosque de tipo boreal que incluía alerces; la representación se basa en registros de fósiles vegetales hallados en yacimientos fósiles cercanos. (Julius Csotonyi)

Los huesos fósiles del camello del Alto Ártico colocados en el laboratorio del Dr. Rybczynski en el Museo Canadiense de la Naturaleza. Las pruebas fósiles consisten en unos 30 fragmentos óseos, que juntos forman parte de un hueso de extremidad de un camello del Plioceno. (Martin Lipman, Museo Canadiense de la Naturaleza)

Antiguos huesos momificados de camello desenterrados de la tundra confirman que los animales que ahora son sinónimo de las áridas arenas de Arabia en realidad se desarrollaron en los bosques bajo cero de lo que hoy es el Alto Ártico canadiense, afirmó el martes un científico.

Hace unos 3,5 millones de años, el fiordo de Strathcona, en la costa central occidental de la isla de Ellesmere, se habría parecido más a un bosque septentrional que a un paisaje ártico, según la paleobotánica Natalia Rybczynski, del Museo Canadiense de la Naturaleza de Ottawa.

"Dominado por el alerce, muchos humedales, turba", dijo Rybczynski, autor principal de un estudio publicado el martes en la revista Nature Communications. Los yacimientos fósiles cercanos han aportado pruebas de la existencia de antiguos osos, caballos, ciervos, tejones y ranas. La temperatura media anual habría sido de unos 32 Fahrenheit.

"Si estuvieras de pie en él y observaras al camello, tendría la sensación de un bosque de tipo boreal".

El camello ártico era un 30% más grande que los camellos modernos, dijo. Su mejor hipótesis es que tenía un solo joroba.

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Aunque ahora los camellos autóctonos sólo se encuentran en África y Asia, los científicos creen desde hace tiempo que la especie se desarrolló en Norteamérica y posteriormente se extinguió. Se han encontrado restos de camello en el Yukón.

Lo que hace especial el hallazgo de Rybczynski no es sólo lo al norte que se encontró, sino su estado de conservación.

Los 30 fragmentos hallados en la arena y los guijarros de la tundra estaban momificados, no fosilizados. Así que, a pesar de su antigüedad, las piezas conservaban en su interior diminutos fragmentos de colágeno, un tipo común de proteína que se encuentra en los huesos.

El análisis de esa proteína no sólo demostró que los fragmentos eran de camello, sino de un tipo de camello mucho más emparentado con la versión moderna que el camello del Yukón. De las docenas de especies de camellos que antaño vagaban por Norteamérica, el tipo hallado por Rybczynski era uno de los que más probablemente cruzaron el puente terrestre de Bering y colonizaron los desiertos.

"Éste es el que está vinculado a la ascendencia de los camellos modernos", dijo.