Los asteroides gigantes son mucho más difíciles de explotar de lo que pensamos, según los científicos

Un asteroide del tamaño de un balón de fútbol americano -etiquetado 2018 GE3- pasó zumbando por la Tierra el 16 de abril de 2018. (Texas A&M)

Los asteroides gigantes que se precipitan hacia la Tierra son más difíciles de destruir de lo que pensaban los científicos -o los guionistas de Hollywood-, según una nueva investigación.

Los investigadores del John Hopkins descubrieron que los asteroides no podían ser destrozados completamente por objetos extraños, incluidos los lanzados para detener una colisión al estilo del fin de los días, como se ve en películas de ciencia ficción como "Impacto profundo".

"Es sólo cuestión de tiempo que estas cuestiones pasen de ser académicas a definir nuestra respuesta a una amenaza importante", dijo K.T. Ramesh, profesor de astronomía de la Universidad Johns Hopkins, que contribuyó al informe. "Recibimos impactos de pequeños asteroides con bastante frecuencia, como en el suceso de Cheliábinsk de hace unos años".

Para comprobar si las enormes rocas espaciales podrían ser destruidas, los científicos introdujeron factores como la masa, la temperatura y la fragilidad del material en un programa informático, y simularon un objeto de 24 km de longitud que chocaba contra un asteroide a unos 5 km por segundo, según el estudio, que se publicará en la revista Icarus el 15 de marzo.

A diferencia de un estudio similar del año 2000 que mostraba que los asteroides podían quedar completamente destruidos por el impacto, éstos descubrieron que el núcleo del asteroide estaba dañado pero no completamente roto, según los investigadores.

En lugar de aplastar la roca espacial hasta convertirla en un "montón de escombros", el centro del asteroide simplemente se agrietó pero no se rompió por completo, lo que le permitió seguir catapultándose por el espacio, según el informe.

El estudio anterior, que no era tan detallado, no tuvo en cuenta las grietas del astroide, que redujeron su velocidad e hicieron que el impacto de los dos objetos fuera menos potente, dijeron los investigadores.

"Solíamos creer que cuanto más grande fuera el objeto, más fácilmente se rompería, porque los objetos más grandes tienen más probabilidades de presentar defectos. Sin embargo, nuestros descubrimientos demuestran que los asteroides son más fuertes de lo que creíamos y necesitan más energía para hacerse añicos por completo", afirma el investigador principal, Charles El Mir, del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Johns Hopkins.

Y añadió: "Puede sonar a ciencia ficción, pero muchas investigaciones tienen en cuenta las colisiones de asteroides".

Este artículo apareció originalmente en el New York Post. Una versión anterior de este artículo decía que K.T. Ramesh era profesor de la Universidad de Maryland.

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