El Vesubio hizo explotar la cabeza y hervir la sangre de las víctimas: estudio
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Menudo dolor de cabeza.
Cuando el Vesubio entró en erupción, la explosión provocó un calor tan extremo que los cráneos de las víctimas estallaron, su sangre hirvió y sus músculos, carne y cerebros fueron sustituidos por ceniza, según un nuevo estudio.
"Nuevas investigaciones sobre los esqueletos de las víctimas desenterrados del depósito de cenizas que llenaba 12 cámaras de la costanera han revelado ahora la conservación generalizada de residuos minerales rojos y negros atípicos incrustados en los huesos, que también impregnan la ceniza que llena la cavidad intracraneal y el lecho de ceniza que recubre los esqueletos", reza el resumen del estudio.
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El resumen continúa "La conservación extraordinariamente rara de pruebas putativas significativas de la degradación térmica de las hemoproteínas de las víctimas de la erupción sugiere fuertemente la rápida vaporización de los fluidos corporales y los tejidos blandos de las personas en el momento de la muerte debido a la exposición al calor extremo."
El estudio se publicó en la revista científica PLOS One y fue realizado por varios investigadores, entre ellos el autor principal, Pierpaol Petrone.
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Los investigadores estudiaron los restos óseos de los fallecidos en Herculano, una ciudad situada a seis kilómetros del volcán. Además de Pompeya, que quedó sepultada, Herculano "fue repentinamente golpeada y abrumada por avalanchas de ceniza volcánica que mataron a todos los habitantes que quedaban", señala el estudio.
Los expertos creían que las temperaturas de la explosión volcánica oscilaban entre 750 y 930 grados Fahrenheit. A efectos comparativos, el agua hierve a 212 grados Fahrenheit.
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El 24 de agosto del año 79 d.C., el monte Vesubio entró en erupción en Italia con una energía térmica 100.000 veces más potente que las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial.
El Vesubio disparó una nube de piedras, ceniza y gas volcánico 21 millas hacia el cielo y sepultó al menos a 1.000 personas (nunca se sabrá el número exacto) bajo decenas de metros de lava en las ciudades de Pompeya y Herculano y algunas villas periféricas.
Se desconocía la existencia de los restos óseos de los muertos, conservados en la roca fundida, hasta que los descubrió un ingeniero topógrafo a mediados del siglo XVIII. Desde entonces han sido fuente de fascinación para los arqueólogos.
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A principios de este año, los investigadores descubrieron que un hombre que inicialmente se pensó que había sido aplastado por un gran bloque de piedra mientras intentaba huir de la erupción, pudo haber muerto en realidad de "asfixia causada por el flujo piroclástico". Los arqueólogos también desenterraron recientemente el lugar de descanso final de un antiguo caballo de carreras entre las ruinas de Pompeya.
El Vesubio, que es el único volcán activo de Europa continental, experimentó su última erupción grave en 1944, según LiveScience.
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The Associated Press y Fox News' James Rogers contribuyeron a este artículo. Sigue a Chris Ciaccia en Twitter @Chris_Ciaccia