La NASA saca huellas de cuatro dedos de su propio patio trasero

La huella de 12 pulgadas de ancho pertenecía a un herbívoro acorazado con forma de tanque. (NASA/GSFC/Rebecca Roth)

Un trozo de piedra con huellas de dinosaurio ha sido cuidadosamente levantado de los terrenos del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland, informan los científicos.

Las huellas de dinosaurio, que se cree que dejaron tres bestias distintas hace más de 100 millones de años, fueron descubiertas por el paleontólogo aficionado Ray Stanford en agosto de 2012.

Lo primero que llamó la atención de Stanford fue una huella del tamaño de un plato de comida de un nodosaurio, un dinosaurio parecido a un tanque, tachonado de protuberancias óseas, que vagaba por la zona hace unos 110 millones de años, durante el Cretácico (el periodo comprendido entre hace 145 millones y 65 millones de años, al final de la Era Mesozoica). Este particular y torpe comedor de hojas debió de desplazarse rápidamente por el barro prehistórico, ya que su talón no se hundía profundamente en el suelo.

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Un examen más detenido del yacimiento reveló dos huellas más. Stephen Godfrey, conservador de paleontología del Museo Marino Calvert, contratado para conservar el hallazgo, dijo que sospecha que una fue dejada por un ornitópodo, posiblemente de la familia de los iguanodóntidos, que eran grandes dinosaurios vegetarianos con patas parecidas a las de las aves, de tres dedos, que caminaban sobre sus patas traseras. Se cree que otra huella más pequeña encontrada superpuesta a la del nodosaurio es de una cría de nodosaurio, quizá intentando alcanzar a su progenitor, según un comunicado de la NASA.[Ver fotos de las huellas de dinosaurio en Goddard].

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El tramo de tierra que contenía las huellas medía unos 7 pies de largo y 3 pies de ancho en su parte más ancha. Tras hacer un molde de caucho de silicona de las huellas de dinosaurio, el equipo cubrió el hallazgo con arpillera empapada en yeso, como si fuera una escayola ortopédica, para reforzar la losa y protegerla de posibles daños durante el gran traslado. En total, la losa de piedra, la cubierta protectora y la tierra que la rodeaba pesaban unos 1.000 kilos, y el mes pasado la sacaron con éxito del suelo.

Por ahora, las huellas se guardan en Goddard hasta que sea posible realizar más estudios científicos. La maravilla del descubrimiento no ha pasado desapercibida para los científicos espaciales de Goddard, que a menudo se encuentran estudiando una luz estelar tan antigua como los dinosaurios.

"Uno de los aspectos asombrosos de este hallazgo es que parte de la luz de las estrellas que los astrónomos ven ahora en el cielo nocturno se creó en galaxias lejanas cuando estos dinosaurios caminaban sobre llanuras de barro en el Cretácico de Maryland, donde ahora se encuentra Goddard", declaró en un comunicado Jim Garvin, científico jefe de Goddard. "Esa luz estelar (procedente del Supercúmulo de Virgo) sólo llega ahora a la Tierra tras haber viajado por el espacio profundo durante 100 millones de años".

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