El teléfono plegable de 2.000 dólares de Samsung ya se está rompiendo, según los críticos

El nuevo smartphone de 2.000 dólares de Samsung no sale a la venta hasta la semana que viene, pero ya se está desmoronando.

Numerosos críticos tecnológicos que recibieron el Galaxy Fold de 1.980 dólares -conocido tanto por su exclusiva pantalla plegable como por su elevado precio- están informando ahora de que sus dispositivos se están rompiendo.

Reporteros de medios como Bloomberg, The Verge y CNBC compartieron en Twitter fotos de cómo sus pantallas supuestamente flexibles se apagaban o se rompían por las bisagras.

"La pantalla de mi unidad de prueba del Galaxy Fold está completamente rota y no se puede utilizar desde hace sólo dos días", tuiteó el miércoles Mark Gurman, periodista de Bloomberg.

Adjunta al tuit había una foto del teléfono con dos tercios de la pantalla de 7,3 pulgadas oscurecidos.

"Cuando golpeo la pantalla también con la parte superior del dedo y la uña la golpea (algo muy habitual), también deja una hendidura aparentemente permanente", tuiteó Gurman poco después. "Hay un desgarro muy pequeño en la parte superior de la bisagra y, después de darle un golpecito, la pantalla empeoró".

Otros críticos técnicos se quejaron de teléfonos con pantallas parpadeantes.

Múltiples críticos relacionaron el problema con una fina capa de plástico sobre la pantalla que pensaron que era un protector de pantalla, lo que les llevó a retirarlo cuando no debían hacerlo.

Las inquietantes críticas llegan cuando el Fold, que se presentó en febrero, se prepara para llegar a las tiendas la semana que viene. Según Samsung, hace poco se agotaron las unidades reservadas.

El teléfono tiene una pantalla de 7,3 pulgadas del tamaño de una tableta que se dobla, lo que le permite plegarse hasta alcanzar el tamaño de un smartphone normal con una pantalla de 4,6 pulgadas.

Samsung afirma que la bisagra del Fold puede soportar 200.000 sujeciones. Pero de momento parece que apenas aguanta dos días.

Samsung no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

No es el primer lanzamiento embarazoso del fabricante surcoreano. En 2016, la empresa se vio obligada a suspender las ventas de su Galaxy Note 7 porque la batería del teléfono se sobrecalentaba, se incendiaba y estallaba en los bolsillos de los clientes.

Esta historia apareció originalmente en el New York Post. 

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