¿El primer vuelo del bebé? Consejos para ayudar a todos

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Si vas a llevar a tu bebé a casa para que conozca a la familia por primera vez este año, probablemente estés ansiosa por sobrellevar ese primer vuelo. La verdad es que la mayoría de los padres se sorprenden de lo bien que les va a sus bebés en los vuelos, y muchos bebés se contentan con dejarse arrullar por el suave movimiento del avión y el relajante zumbido del motor. He aquí algunos consejos que os ayudarán a ti y a tu bebé a prepararos para un vuelo tranquilo.

Pasar alimentos para bebés y leche maternizada por el control de seguridad

Puedes pasar por el control de seguridad del aeropuerto tanta comida o leche de fórmula para bebés como creas que vas a necesitar (aun así, tienes que sacarla de la bolsa para que la vean los agentes de la TSA), pero ten en cuenta que los agentes pueden abrir cualquier recipiente de más de cuatro onzas. Mi recomendación es que lleves sólo recipientes de 100 gramos o menos. Recuerda llevar lo suficiente para tu vuelo y lo que vayas a necesitar en el trayecto del aeropuerto a tu destino final, y luego añade un poco más en caso de retrasos en el vuelo. Si llevas leche artificial en polvo, compra agua embotellada después del control de seguridad: el agua del grifo en un avión no se considera segura para beber.

Empaca una camisa extra para ti

Probablemente ya tienes una muda de ropa para tu hijo o hija en la bolsa de los pañales, pero ¿y tú? Los cambios de presión atmosférica pueden causar estragos en las barriguitas, y he aprendido por experiencia que no es divertido bajarse de un avión con un niño perfectamente cambiado mientras mamá está vestida con ropa hecha con una manta de bebé.

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Haz la maleta ligera y organizada

Resulta tentador meter todo lo que puedas necesitar en la maleta de mano, pero nada agota más rápido que arrastrar ese peso extra por el aeropuerto o tener que buscar entre una montaña de cosas para encontrar lo que necesitas. En lugar de eso, intenta elegir artículos que cumplan una doble función (tu chaqueta de plumas, por ejemplo, puede servir también como manta) y mantén las cosas organizadas en bolsas o bolsillos específicos. Recuerda que tu hijo probablemente estará fascinado con el avión y la gente que haya cerca, así que puede que no necesites meter en la maleta tantos juguetes como de costumbre.

Habla para superar las partes difíciles

Pasar por el control de seguridad y subir a un avión puede ser desorientador, sobre todo si mamá y papá parecen agotados. Aunque tu hijo no sea lo bastante mayor para entender todos los detalles, vale la pena narrarle lo que está ocurriendo; el mero hecho de oír el sonido de tu voz puede ser tranquilizador para todos.

Alimentación durante el despegue y el aterrizaje

Los cambios de presión del aire durante el despegue y el aterrizaje pueden dañar los oídos de los bebés. Si tu hijo está despierto, darle el pecho o el biberón le ayudará a despejar los oídos, y puede que haga que se duerma en tus brazos. Si tu pequeño no tiene hambre, también funciona bien un chupete o incluso chuparse un dedo.

Un asiento pagado es lo más seguro

Aunque la normativa permite que los niños menores de dos años se sienten en el regazo de uno de sus padres, el lugar más seguro para un bebé es abrochado a una sillita en su propio asiento del avión. Si otro billete no está dentro de tu presupuesto, considera la posibilidad de reservar un asiento de ventanilla y otro de pasillo cerca de la parte trasera del avión. Con un poco de suerte, ese asiento del medio quedará libre y podrás instalar la silla. Si no, pasarás la silla por la puerta de embarque justo antes del despegue.

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