Los turistas que viajen en tren por Europa pueden ser multados si superan el límite de equipaje, ya que algunos países luchan contra el turismo excesivo.
En febrero, la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses (SNCF) anunció que se impondrían nuevos límites a la cantidad y el tamaño del equipaje en los trenes a partir del 15 de septiembre.
"Nuestros clientes, pero también nuestros agentes, pueden encontrarse con problemas de seguridad a bordo (caída de maletas), dificultades de tráfico o falta de espacio", dijo un portavoz de la SNCF a Fox News Digital por correo electrónico.
"Porque los espacios a bordo siguen siendo los mismos para un número cada vez mayor de pasajeros en los últimos años", añadió el portavoz.
Los límites varían según el tren, pero en la mayoría de los de alta velocidad sólo hay dos opciones para el equipaje.
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Los pasajeros pueden llevar un equipaje de mano y dos maletas o un equipaje de mano, una maleta y un artículo específico, como un instrumento o material deportivo.
"Si los clientes no respetan las cantidades y dimensiones máximas autorizadas, los agentes les informarán de que tendrán que pagar una cantidad de 50 euros por equipaje no conforme o excedente, o una multa de 150 euros si el equipaje es inconveniente o peligroso", dijo el portavoz.
El equipaje de mano puede medir un máximo de 40 x 30 x 15 centímetros, mientras que las maletas pueden medir hasta 90 x 70 x 50 centímetros, según la página web de la SNCF.
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Otros países europeos han promulgado o propuesto distintas iniciativas en un intento de frenar el turismo excesivo.
Las autoridades griegas están planeando imponer un impuesto a los visitantes de cruceros que viajen a las islas de Mykonos y Santorini durante la temporada alta de verano, informa Fox News Digital.
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En Italia, Venecia inició un programa piloto para cobrar una entrada a los visitantes de un día con el fin de reducir la afluencia en los días punta, y los funcionarios de Roma están elaborando un plan para implantar franjas horarias asignadas en la emblemática Fontana de Trevi, con el fin de limitar las oleadas de visitantes al tiempo que se cobra una tasa.