Aunque el reciente estreno de una nueva película ha devuelto a la opinión pública el infame caso del asesino en serie Rodney Alcalá, un ex detective que ayudó a poner al "monstruo" entre rejas de por vida habló a Fox News Digital sobre un par de pendientes que llevaron a la caída final de Alcalá.
Alcalá ha sido apodado el "Asesino del Juego de las Citas " porque apareció en el programa de televisión "El Juego de las Citas" como Soltero nº 1 en 1978, durante su matanza.
"Uno de nuestros detectives volvió a casa del trabajo, se sentó con el periódico y probablemente una cerveza... tenía la tele encendida de fondo y oyó a Jim Lange de 'Juego de citas' mencionar a Rodney Alcalá", dijo a Fox News Digital Steven Mack, que trabajó como detective durante 18 años.
"Al parecer, [Alcalá] tenía un coeficiente intelectual de 140. Se creía más listo que los demás y que nadie le relacionaría nunca con esos asesinatos".
La película de Netflix "La mujer de la hora", estrenada el mes pasado, se basa en detalles del caso de Alcalá y su participación en el dating show.
En 2003, Mack era detective de homicidios del Departamento de Policía de Huntington Beach en California y empezó a asumir un papel protagonista en la investigación del caso de Alcalá.
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En aquel momento, ya estaba familiarizado con el caso, pues había trabajado como agente de patrulla en 1979, cuando los detectives buscaban a una niña desaparecida de 12 años, Robin Samsoe, que fue vista por última vez yendo en bicicleta a su clase de baile.
"Amaba la vida, amaba ir a la playa, amaba bailar, amaba a su familia, amaba a sus amigos", dijo Mack. "Realmente me molesta a nivel emocional porque era una niña de 12 años".
Cuando Mack empezó a investigar, Alcalá ya había sido condenado a muerte por el asesinato de Samsoe en dos ocasiones -en 1980 y de nuevo en 1986-, pero ambas condenas fueron anuladas.
"Lo que yo sabía era que Rodney Alcalá era un asesino convicto. Lo que yo creía, lo que todo el mundo empezó a creer, es que era un asesino en serie", dijo Mack. "El ADN recogido durante mi participación lo demostró".
Durante su investigación, Mack revisó las pruebas conservadas por investigadores anteriores décadas antes en el interior de un almacén que pertenecía a Alcalá.
"Mi primer pensamiento fue que, como la mayoría de los asesinos en serie, guardaba trofeos para poder volver atrás y revivir las circunstancias, revivir el asesinato", dijo. "Era un asesino en serie sexualmente sádico. Y a esos individuos les encanta revivir sus crímenes".
En las pruebas conservadas, Mack observó un par de pendientes en forma de rosa en una pequeña bolsa de satén, creyendo que podrían pertenecer a una de las víctimas de Alcalá.
"Examinando los pendientes, recuerdos que guardaba de los distintos casos, pudimos relacionar el ADN con una de las víctimas de homicidio de Los Ángeles, lo que solidificó el caso contra él para Los Ángeles y permitió unir las dos acusaciones, la de Los Ángeles y la del condado de Orange, en un solo juicio."
Se determinó que el ADN hallado en los pendientes con forma de rosa era el de Charlotte Lamb, de 32 años, asesinada en 1978 en Los Ángeles.
"Por fin teníamos la conexión forense que posiblemente faltaba antes", dijo a Fox News Digital Matt Murphy, fiscal principal del caso de Alcalá.
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Alcalá fue condenado a muerte en 2010 por cinco asesinatos cometidos en California a finales de la década de 1970, incluido el de Samsoe, de 12 años. Fue acusado de los asesinatos adicionales de Jill Barcomb, de 18 años, Jill Parenteau, de 21, Georgia Wixted, de 27, y Lamb, de 32, después de que nuevas pruebas de ADN lo relacionaran con las víctimas.
"Nadie creía que se le fuera a aplicar la pena de muerte en el estado de California", dijo Mack.
En 2013, recibió una condena adicional de 25 años a cadena perpetua tras declararse culpable de dos asesinatos en Nueva York.
"Una vez que tuvimos el ADN en el sistema, entonces otras agencias... la policía de Nueva York y agencias policiales de todo el país empezaron a investigar sus homicidios y sus Jane Doe", explicó Mack. "Pudieron conectar a Alcalá con sus crímenes".
En 2016, fue acusado de nuevo, esta vez del asesinato de una mujer embarazada de 28 años, después de que las pruebas de ADN lo relacionaran con su muerte en 1977 en Wyoming.
Alcalá murió de causas naturales el 24 de julio de 2021, mientras esperaba su ejecución en California. Tenía 77 años en el momento de su muerte.
"Acabó... viviendo una vida miserable cuando murió en el hospital de una prisión", dijo Mack. "Lo que le ocurrió no fue suficiente. En mi opinión, debería haber sufrido algo más que la pérdida de la libertad".
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Mack cree que el número real de víctimas puede ser superior al de condenados.
"No creo que la muerte de un sospechoso dé un cierre a ninguna familia", añadió Mack. "La clausura sería poder olvidar lo que les ocurrió a sus seres queridos, y no lo hacen".
El ex detective mencionó que no le gusta pronunciar el nombre de Alcalá y que en su lugar prefiere utilizar el término "monstruo", explicando que "no merece ningún tipo de reconocimiento".
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"Cambió la capacidad de mis hijos de ir a sitios por sí mismos", reveló Mack, compartiendo cómo el caso afectó a su propia familia y comunidad.
"Huntington Beach, ya sabes, es un lugar seguro, y esto acaba de destruir esa imagen para mucha gente".