Muere a los 90 años el último superviviente de la catástrofe del Hindenburg
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Werner Gustav Doehner, el último superviviente de la catástrofe del Hindenburg de 1937, falleció el viernes en su casa de Laconia, Nuevo Hampshire. Tenía 90 años.
Doehner sólo tenía 8 años cuando el famoso zepelín estalló en llamas y se estrelló al atracar en Lakehurst, Nueva Jersey, el 6 de mayo de 1937, según su obituario.
Su padre y su hermana murieron trágicamente junto con otras 35 personas que iban a bordo.
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"Estábamos cerca de una ventana y mi madre cogió a mi hermano y lo arrojó fuera. Me cogió a mí y se echó hacia atrás y luego me tiró a mí", declaró Doehner en una entrevista de 2017 con Associated Press. "Intentó coger a mi hermana, pero pesaba demasiado, y mi madre decidió salir cuando el zepelín estaba casi en el suelo".
"De repente, el aire ardía", añadió Doehner.
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Doehner, que murió el 8 de noviembre, fue uno de los 62 afortunados pasajeros que sobrevivieron, junto con su madre.
A pesar de haber sido arrojado de la aeronave, sufrió quemaduras en la cara, en ambas manos y en la pierna derecha desde la rodilla. Doehner fue tratado en varios hospitales hasta el siguiente enero de 1938.
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"No hablaba de ello", según su hijo, Bernie Doehner.
El Departamento de Comercio de EEUU determinó que el accidente se debió a una fuga de hidrógeno que se mezcló con el aire, provocando el incendio. El Hindenburg era el avión más grande jamás construido en el momento de su finalización en 1936.
"La teoría de que una descarga de escobillas encendió dicha mezcla parece la más probable", decía el informe del departamento.
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Doehner se trasladó a Estados Unidos en 1984 y trabajó como ingeniero eléctrico en Nueva Inglaterra, según la esquela.
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Le sobreviven su esposa de 52 años, Elin, y su hijo, Bernie. El viernes pasado a mediodía se celebró un funeral en la Iglesia Luterana del Buen Pastor de Laconia, Nuevo Hampshire.
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Associated Press ha contribuido al informe