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Un grupo de pacientes y médicos instará el martes al más alto tribunal de Texas a que impida que el estado aplique su prohibición casi total del aborto a las mujeres con afecciones médicas que amenazan su salud, afirmando que pone vidas en peligro.

Un juez de primera instancia había bloqueado la aplicación de la prohibición en determinadas situaciones el 4 de agosto, pero la orden ha quedado en suspenso mientras el estado recurre ante el Tribunal Supremo de Texas. Los alegatos orales del caso están fijados para las 10 de la mañana en Austin.

La juez Jessica Mangrum, del Tribunal de Distrito del Condado de Travis, Texas, había dictaminado que el estado no podía procesar a los médicos por practicar abortos en una serie de circunstancias, como cuando un embarazo supone un riesgo para la salud, agrava una enfermedad o cuando no es probable que el feto sobreviva tras el nacimiento.

UN JUEZ DE TEXAS DICTAMINA QUE LA LEY ESTATAL SOBRE EL ABORTO ES DEMASIADO RESTRICTIVA PARA LAS MUJERES CON COMPLICACIONES EN EL EMBARAZO

Cúpula del edificio del Capitolio de Texas con la bandera de Texas ondeando delante.

Vista del Capitolio del estado de Texas en Austin, Texas. Pacientes y médicos se oponen a la prohibición casi total del aborto en el estado, alegando que pone en peligro la vida de las mujeres. (Tamir Kalifa/Getty Images)

LAS MUJERES A LAS QUE SE DENEGÓ EL ABORTO A PESAR DE LOS GRAVES RIESGOS PARA SU SALUD SE DIRIGEN A LOS TRIBUNALES DE TEXAS

El Estado ha argumentado en documentos judiciales que las demandantes no han demostrado que vayan a verse perjudicadas en el futuro por la prohibición del aborto, que incluye una excepción para salvar la vida de la madre.

"Todo lo que pedimos es una orientación de sentido común que permita a los médicos utilizar su juicio de buena fe sin temer la pérdida de su licencia y la cadena perpetua", declaró en un comunicado Molly Duane, del Centro de Derechos Reproductivos, abogada de los demandantes.

La demanda, presentada en marzo por cinco mujeres y dos médicos, pretendía obtener una orden judicial que garantizara que los médicos no pueden ser procesados por practicar abortos si, a su juicio de buena fe, el procedimiento es necesario para tratar urgencias que amenacen la vida o la salud de la paciente. Más tarde se sumaron al caso otras 15 mujeres.

Afirmaron que la falta de claridad de la prohibición sobre en qué circunstancias se permite el aborto estaba llevando a los médicos a negarse a practicar abortos incluso cuando deberían aplicarse excepciones, por miedo a perder sus licencias y a enfrentarse a penas de hasta 99 años de prisión.

Una de las demandantes, Amanda Zurawski, dijo que fue hospitalizada en Texas con una rotura prematura de membranas a las 18 semanas de embarazo, lo que significaba que su feto no podía salvarse. Le dijeron que no podía abortar hasta que cesara la actividad cardiaca del feto o su estado pusiera en peligro su vida.

Zurawski dijo que desarrolló una septicemia a los pocos días, que requirió cuidados intensivos y permitió al hospital inducir el parto.

Otras demandantes dijeron que se vieron obligadas a viajar fuera del estado para someterse a abortos médicamente necesarios.