La ayuda de 1.000 millones de euros de la UE a Egipto es "ineficaz

Catherine Ashton, de la UE, con el egipcio Mohamed Kamel Amr en la ceremonia de firma de un acuerdo de ayuda en El Cairo el pasado noviembre. Mil millones de euros de ayuda de la UE canalizada a Egipto antes y después del levantamiento de enero de 2011 que puso fin al reinado de Hosni Mubarak no sirvieron para mejorar los derechos humanos y la gobernanza, ni para reducir la corrupción, según afirmaron el martes unos auditores. (AFP/Archivo)

Un grupo de personas arroja piedras a cristianos coptos cerca de la catedral copta del barrio de Abbassiya, en El Cairo, en abril. Desde el levantamiento de Egipto, los derechos de las minorías están cada vez más amenazados y ha aumentado la violencia sectaria, sobre todo contra los cristianos, afirman los auditores. (AFP/Archivo)

Mil millones de euros de ayuda de la UE canalizada a Egipto antes y después del levantamiento de enero de 2011 que puso fin al reinado de Hosni Mubarak no sirvieron para mejorar los derechos humanos y la gobernanza, ni para reducir la corrupción, según afirmaron el martes unos auditores.

El apoyo de la Unión Europea a la mejora de la gobernanza en Egipto en general fue "bienintencionado pero ineficaz", según un informe muy crítico del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE).

Las críticas se producen tras las promesas realizadas por la Comisión Europea desde las protestas de la Primavera Árabe de vincular la ayuda a mejoras en la gobernanza democrática y los derechos humanos.

Pero a pesar de la introducción de la política de ayuda de la UE denominada "más por más", el informe pone de relieve las deficiencias en la supervisión de la financiación desde el derrocamiento de Mubarak.

"El planteamiento de 'suavidad blanda' no ha funcionado y ha llegado el momento de adoptar un enfoque más centrado que produzca resultados significativos y garantice una mayor rentabilidad del dinero de los contribuyentes europeos", declaró Karel Pinxten, miembro del TCE responsable del informe.

El líder del grupo centrista ALDE del Parlamento Europeo, el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt, afirmó que el informe demostraba que "la UE no se toma en serio su condicionalidad respecto a Egipto" y pidió un debate parlamentario urgente sobre el asunto.

Citó, por ejemplo, el hecho de que la UE no suspendiera la ayuda a Egipto en noviembre, cuando el presidente Mohamed Morsi aumentó sus poderes, o cuando 43 cooperantes fueron condenados a prisión.

"Esta inacción de la UE es una burla de su política de derechos humanos", declaró Verhofstadt.

Pero en una carta al Tribunal de Cuentas vista por AFP, la jefa de la política exterior de la UE, Catherine Ashton, dijo que las relaciones con El Cairo eran difíciles "con la parte egipcia... muy reacia a aceptar cualquier esfuerzo extranjero -incluido el de la UE- para fomentar el progreso en materia de derechos humanos, gobernanza y democracia".

El informe del TCE afirmaba que alrededor del 60 por ciento de los aproximadamente mil millones de euros enviados a Egipto durante el periodo 2007-2013 se destinaron al gobierno como apoyo presupuestario, y el resto a través de proyectos acordados con las autoridades egipcias.

La auditoría concluyó que la Comisión y el nuevo servicio exterior de la UE, el SEAE, "no han sido capaces de gestionar eficazmente el apoyo de la UE para mejorar la gobernanza en Egipto".

"Esto se debió en parte a las difíciles condiciones a las que se han enfrentado en Egipto, pero también a deficiencias en la forma en que el SEAE y la Comisión han gestionado su cooperación con Egipto".

El informe afirmaba que, a pesar de los graves problemas en el ámbito de la corrupción, la ayuda de la UE hizo poco por abordar directamente la cuestión.

En cuanto a los derechos humanos, los avances fueron escasos o nulos, y los derechos de la mujer sufrieron un notable retroceso desde 2011, según el informe.

"El principal programa de derechos humanos no tuvo mucho éxito. Su inicio fue lento y se vio obstaculizado por la actitud negativa de las autoridades egipcias.

"La Comisión y el SEAE no utilizaron la influencia financiera y política de que disponían para contrarrestar esta intransigencia".

El informe añadía que, desde el levantamiento, los derechos de las minorías estaban cada vez más amenazados y había aumentado la violencia sectaria, sobre todo contra los cristianos.

"Las investigaciones sobre la violencia han sido lentas o inexistentes", afirmó.