El presidente francés Macron, bajo presión al alcanzar su punto álgido el rechazo a la reforma de las pensiones

Las protestas estallaron después de que el gobierno de Macron propusiera elevar la edad de jubilación del país de 62 a 64 años.

El presidente Emmanuel Macron se enfrenta esta semana a una prueba crucial, ya que la batalla en torno a su impopular plan de elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años está a punto de alcanzar su punto álgido en las calles y en el Parlamento, lo que ahondará en la sensación, ampliamente compartida, de que no escucha las quejas de los franceses.

El centrista proempresarial de 45 años se ha jugado su legado con sus planes de reforma de las pensiones, centrales en su visión para hacer más competitiva la economía francesa. Pero puede que tenga que forzar su aprobación parlamentaria, lo que dañaría sus credenciales democráticas y enfurecería aún más a quienes se oponen a ella.

Los sindicatos franceses han convocado una octava ronda de protestas en todo el país para el miércoles. Ese mismo día, el proyecto de ley se dirige a una comisión de siete senadores y siete legisladores de la Cámara Baja como parte del complejo proceso legislativo. Las huelgas indefinidas han interrumpido algunas refinerías, el tráfico ferroviario en todo el país y la recogida de basuras en París.

EL PRESIDENTE FRANCÉS EMMANUEL MACRON INSISTE EN LA NECESIDAD DE REFORMAR LAS PENSIONES MIENTRAS MILLONES DE PERSONAS SIGUEN EN HUELGA

En una carta dirigida la semana pasada a los sindicatos, Macron reiteró sus puntos de vista, insistiendo en la necesidad de aumentar la edad de jubilación para que el sistema de pensiones francés sea financieramente sostenible en los próximos años.

Si la comisión parlamentaria llega a un acuerdo el miércoles, se espera que el texto se someta a votación tanto en el Senado como en la Asamblea Nacional al día siguiente. Sin embargo, el resultado en la Cámara Baja, donde la alianza centrista de Macron perdió la mayoría el año pasado, es difícil de predecir.

Si el gobierno considera que el riesgo de que el proyecto de ley sea rechazado es demasiado alto, podría utilizar un poder constitucional especial que forzaría la aprobación de la reforma de las pensiones sin votación.

Según el analista político Brice Teinturier, director general adjunto del instituto de sondeos Ipsos, tal medida "parecería brutal y aumentaría la sensación de la gente de que se trata de una medida injusta impuesta desde arriba".

El gobierno reconoció que una votación es la opción preferida, porque daría más legitimidad al plan de pensiones.

Los sondeos de opinión muestran que la mayoría de la población se opone a la reforma, y al mismo tiempo que "tiene en mente la idea de que ... Macron aprobará su ley, cueste lo que cueste", subrayó Teinturier. "Sin embargo, eso no significa que estén resignados... El resentimiento y la rabia siguen intactos".

El uso del poder constitucional desencadenaría una moción de censura. En un escenario que parece poco probable en este momento, pero que ha sido planteado por algunos funcionarios del gobierno, podría llevar finalmente a Macron a disolver la Asamblea Nacional y convocar nuevas elecciones legislativas.

Macron "considera -con razón o sin ella- que si no hace esa reforma, ya no podrá hacer ninguna reforma", dijo Teinturier.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha sufrido un importante revés político por un plan para elevar la edad de jubilación de su país de 62 a 64 años. (AP Photo/Michel Euler, Pool, Archivo)

El presidente francés ha impulsado su agenda económica desde que fue elegido por primera vez en 2017 con la promesa de hacer más competitiva la economía del país, entre otras cosas haciendo que la gente trabaje más tiempo. Hizo de la reforma de las pensiones el buque insignia de su segundo -y último- mandato tras su reelección el año pasado.

Entre los cambios que introdujo en años anteriores figuran facilitar la contratación y el despido de trabajadores, recortar los impuestos a las empresas y dificultar que los parados soliciten prestaciones.

El gobierno tiene previsto presentar en los próximos meses un proyecto de ley destinado a reducir la tasa de desempleo a alrededor del 5%, uno de los compromisos de Macron. La tasa de desempleo de Francia alcanzó recientemente el 7,2%, su tasa más baja desde 2008.

Macron y los funcionarios del gobierno tienen presentes las protestas de los chalecos amarillos, cuando estallaron violentos disturbios a finales de 2018 y más tarde se convirtieron en una denuncia más amplia de la injusticia social.

La situación parece diferente este año, en el que los sindicatos han organizado conjuntamente el movimiento de protesta en manifestaciones mayoritariamente pacíficas.

Los sindicatos han prometido aumentar aún más la presión sobre el gobierno. Sin embargo, hasta ahora se han abstenido de convocar una huelga general indefinida.

El economista francés Thomas Piketty criticó duramente el plan de pensiones, afirmando que "simplemente pretende recaudar dinero, sin ningún objetivo de universalidad o simplificación".

LOS TRABAJADORES FRANCESES SIGUEN HACIENDO HUELGAS CONTRA EL PLAN DE REFORMA DE LAS PENSIONES DE MACRON

"Es urgente invertir en educación y sanidad y establecer un sistema económico más justo, en Francia y en Europa, y más aún a escala internacional. Pero el gobierno sigue aplicando una política antisocial de otra época", escribió en una columna publicada el sábado en el diario Le Monde.

Todos los jubilados franceses reciben una pensión estatal. Se prevé que el sistema entre en déficit en la próxima década a medida que envejezca la población francesa.

Los legisladores de izquierdas argumentan que las empresas y los ricos deberían contribuir más a financiar el sistema de pensiones.

La economista jefe de Oxford Economics Francia, Daniela Ordóñez, señaló que otros países europeos se enfrentan a problemas similares.

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"Actualmente, la edad mínima a la que te puedes jubilar en Alemania, Bélgica, España y Reino Unido es de 65 años y ya está en la ley (...) que esta edad aumente con los años hasta los 67, por ejemplo, en Alemania y en España", subrayó.

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