Varios miles de judíos, entre ellos supervivientes del Holocausto afectados personalmente por los atentados de Hamás del 7 de octubre contra Israel, recorrieron el lunes el antiguo campo de exterminio nazi alemán de Auschwitz con motivo de la ceremonia anual de la Marcha de los Vivos en Polonia.
Caminando por el sendero de 1,8 millas hacia los crematorios de Birkenau, rindieron homenaje a los millones de judíos asesinados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
La ceremonia de este año se vio ensombrecida por los sucesos del año pasado, cuando 1.200 personas murieron en un asalto dirigido por Hamás a ciudades israelíes y se tomaron 253 rehenes, según los recuentos israelíes.
Daniel Louz, un anciano de 90 años cuyo pueblo natal, el kibutz Beeri, perdió una décima parte de sus habitantes a manos de los atacantes palestinos, acudió el lunes al campo de Auschwitz por primera vez desde que la familia de su madre fue asesinada allí en 1942.
"Estoy am convencida de que el 7 de octubre en Beeri las almas buenas (de los muertos del Holocausto) me protegieron y no dejaron que los criminales de Hamás dispararan contra nuestra casa", dijo Louz a Reuters. "Para que yo pudiera contar la historia. Os estoy muy agradecido a todos am ".
Más de 1,1 millones de personas, en su mayoría judíos, perecieron en cámaras de gas o por inanición, frío y enfermedad en Auschwitz, que los alemanes establecieron en la Polonia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial.
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Más de tres millones de los 3,2 millones de judíos de Polonia fueron asesinados por los nazis, lo que representa aproximadamente la mitad de los judíos asesinados en el Holocausto.
"Antes del 7 de octubre, creo... que el peor acontecimiento de la historia de la humanidad ocurrió en estos terrenos. Que este lugar, la propia palabra Auschwitz, habla en una sola palabra de miedo, muerte, destrucción, aniquilación", dijo Phyllis Greenberg Heideman, presidenta de la Marcha Internacional de los Vivos, durante el acto del lunes.
"Y entonces llegó el 7 de octubre, y quizá tengamos que darnos cuenta como pueblo de que quizá, en cierto modo, la Shoah (Holocausto) no ha terminado para nosotros. No es una competición, ni mucho menos una comparación, es un continuo".