El ejército mexicano ha confiscado las armas de la policía local en la ciudad de Culiacán, dominada por los cárteles, en el estado de Sinaloa, al noroeste del país, a medida que la violencia y los tiroteos han asolado la ciudad en las últimas semanas, según informes aparecidos esta semana.
Tras las incautaciones, el gobernador del estado, Rubén Rocha, retiró de las calles a los aproximadamente 1.000 policías, señalando que no se reincorporarían hasta que se les devolvieran las armas.
Sin embargo, la medida se adoptó sólo un día después de que unos 1.500 habitantes de Culiacán salieran a las calles en una protesta masiva por la violencia de las bandas -que ha causado la muerte de decenas de personas en las últimas semanas-, exigiendo la paz en la capital.
En su lugar, se ha llamado a soldados, policías estatales y unidades de la guardia nacional para que sustituyan a la policía local mientras el ejército comprueba los números de serie de las armas y valida los permisos.
Rocha afirmó que los controles eran "excepcionales" y dijo que espera que los procedimientos no rutinarios "terminen pronto".
Sin embargo, según The Associated Press, el ejército mexicano ha confiscado armas en el pasado a fuerzas policiales de las que desconfiaba y de las que sospechaba que estaban implicadas en la ayuda al cártel, o por temor a que las unidades portaran armas no registradas que dificultaran el rastreo de los abusos.
En la región de Sinaloa estallaron violentos enfrentamientos entre grupos de cárteles después de que los narcotraficantes Ismael Zambada, también conocido como "El Mayo", y Joaquín Guzmán López fueran detenidos en Estados Unidos el 25 de julio tras llegar en una avioneta.
Pero más tarde surgieron afirma ciones de que Zambada fue obligada a subir al avión tras ser secuestrada por Guzmán López, también conocido como "El Chapo", lo que provocó violentos enfrentamientos entre los grupos de bandas apodados los "Chapitos" y los "Mayitos".
La violencia de los cárteles ha provocado tiroteos abiertos en todo Culiacán, incluso en el centro de la ciudad y en barrios de lujo, lo que ha hecho que los padres se cuestionen la seguridad de enviar a sus hijos a la escuela.
"Aquí hay dos grupos enfrentados", dijo Rocha. "Las autoridades están aquí para enfrentarse a ellos por igual, a ambos sin excepciones".
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Pero los enfrentamientos han llegado a ser tan extremos que los pistoleros de los cárteles han empezado a secuestrar autobuses y camiones antes de prenderles fuego para que sirvan de bloqueos de carreteras en las rutas que entran y salen de la ciudad; un bloqueo de este tipo tras el que Rocha también se quedó atascado cuando se dirigía a reunirse con el ex presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador a finales de septiembre.
El gobernador se comprometió el lunes a crear cinco "escuadrones antibloqueo", aunque advirtió que, en última instancia, no podrán detener los secuestros hasta que los grupos de los cárteles cesen sus enfrentamientos.
The Associated Press ha contribuido a este informe.