El New York Times ha tomado medidas disciplinarias contra un empleado que filtró la información personal de un grupo de empresarios judíos a principios de año.
A principios de este año empezó a aparecer en Internet información personal de cientos de australianos que participaban en un chat de grupo privado de WhatsApp para profesionales de negocios judíos, y al parecer las personas afectadas recibieron amenazas de muerte y actos vandálicos contra sus negocios.
El grupo, formado por más de 600 personas, se creó tras el atentado terrorista del 7 de octubre lanzado por Hamás el año pasado.
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Natasha Frost, reportera del NYT con base en Melbourne, Australia, está acusada de filtrar cientos de páginas de datos de un grupo privado de WhatsApp para empresas judías de la zona.
Frost declaró a The Wall Street Journal que sólo compartió los datos con otra persona antes de que se difundieran ampliamente entre los manifestantes antiisraelíes.
"Nos han informado de que un periodista del New York Times compartió indebidamente información con el sujeto de un reportaje para ayudarle en un asunto privado, lo que constituye una clara violación de nuestra ética", declaró una portavoz del New York Times, según The Wall Street Journal.
"Esto se hizo sin el conocimiento ni la aprobación del Times", aclaró la portavoz.
Frost sigue trabajando en The New York Times. Ofreció una declaración a The Wall Street Journal a través de un portavoz de la empresa.
"Compartí este documento con una persona. Su posterior difusión y uso indebido se produjeron totalmente sin mi conocimiento ni consentimiento", declaró Frost, según el Journal.
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Y añadió: "Me conmocionaron estos hechos, que me pusieron a mí y a muchos otros en terrible peligro. Lamento profundamente mi decisión".
Mark Dreyfus, fiscal general judío de Australia, se inspiró en la filtración de datos y el acoso posterior para proponer una ley que prohibiera explícitamente el doxxing.
"El creciente uso de plataformas en línea para perjudicar a las personas mediante prácticas como el doxxing, la divulgación malintencionada de su información personal sin su permiso, es un hecho profundamente preocupante", afirmó Dreyfus.