Este sitio web fue traducido automáticamente. Para obtener más información, por favor haz clic aquí.

Los transeúntes de Buenos Aires sufrieron el viernes un brusco aumento del 360% en las tarifas del metro, una de las subidas de precios más dramáticas de la dura campaña de austeridad presupuestaria del presidente libertario Javier Milei en Argentina.

Tras semanas de audiencias, un juez levantó el jueves una orden que había bloqueado temporalmente el aumento programado de las tarifas del metro. Esto despejó el camino para que el cambio entrara en vigor el viernes por la mañana, mientras los oficinistas de Buenos Aires se agolpaban en los torniquetes de la red de metro más antigua de Sudamérica.

MILES DE PERSONAS PROTESTAN EN ARGENTINA POR EL PLAN DE AUSTERIDAD DE MILEI EN LAS UNIVERSIDADES

Las tarifas del transporte público son un tema delicado en toda América Latina, donde la desigualdad está profundamente arraigada y la indignación provocada por las subidas de los precios del metro ha desencadenado disturbios sociales en el pasado, como las protestas masivas de Chile en 2019.

Argentina-Economía

Viajeros esperan para subir a un vagón de metro, en Buenos Aires, Argentina, el viernes 17 de mayo de 2024. El viernes, los pasajeros argentinos de Buenos Aires se vieron afectados por un brusco aumento del 360% en las tarifas del metro, como parte de la campaña de austeridad presupuestaria del presidente Javier Mileis. (AP Photo/Rodrigo Abd)

De la noche a la mañana, el precio de un viaje sencillo en Buenos Aires se triplicó con creces, pasando de 125 pesos (14 céntimos) a 574 pesos (64 céntimos), agravando una dolorosa crisis del coste de la vida en Argentina. Algunos viajeros se quejaron de que, de repente, estaban pagando el triple por una red que no hacía más que deteriorarse.

"Obviamente me afecta porque significa que cada día desaparece más dinero de mi salario, pero lo peor de todo es que la inversión en el servicio es nula", dijo Sofía Acosta, de 35 años. "Viajamos en pésimas condiciones, apretados, con retrasos, y ahora pagamos más".

Milei está recortando drásticamente el gasto público en todos los ámbitos, desde los subsidios a las empresas estatales, como parte de un experimento radical de libre mercado destinado a reconstruir la credibilidad de Argentina ante los inversores extranjeros y a controlar la hiperinflación.

Pero, al menos a corto plazo, sus medidas de desregulación y austeridad han disparado la inflación -que ahora es del 289% anual, una de las tasas más altas del mundo- y han hecho la vida más difícil a los argentinos de a pie, a medida que la economía entra en recesión.

Es la tercera vez este año que los picos inflacionistas afectan a las tarifas del metro -sólo 80 pesos el pasado diciembre-, ya que Milei recorta las subvenciones federales al transporte público, obligando a los gobiernos municipales a aumentar los costes. Los precios de los autobuses y trenes en la extensa ciudad de Buenos Aires también han subido de forma constante, aunque no en una subida de precios única como en el caso del metro, que se conoce como Subte.

Funcionarios municipales de Buenos Aires dijeron que las tarifas llegarían a 650 pesos (73 céntimos) el 1 de junio, pero que retrasarían hasta el 1 de agosto otra subida de precios a 757 pesos, "con el objetivo de minimizar el impacto en los bolsillos de los usuarios."

HAZ CLIC AQUÍ PARA OBTENER LA APLICACIÓN FOX NEWS

Las tarifas bajas han sido durante mucho tiempo una bendición para los residentes, especialmente para los que viven fuera del centro de Buenos Aires y recorren largas distancias para ir a trabajar. Pero las tarifas baratas -al igual que otros subsidios para productos básicos- también constituyen un coste grande y creciente que el gobierno, fuertemente endeudado, dice que no puede permitirse en medio de la peor crisis financiera de Argentina en dos décadas.

El sistema de transporte subterráneo de Buenos Aires -uno de los primeros que se construyeron en el mundo- fue en su día un símbolo conmovedor de la fastuosa riqueza de la ciudad a principios del siglo XX. Pero en las últimas décadas se ha deteriorado.