El régimen del dictador sirio Bashar al Assad cayó tras más de 13 años de guerra civil y casi 54 años de gobierno dinástico de su familia.
Aunque muchos sirios de todo el país y miembros de la diáspora siria aplaudieron la caída de su brutal dictadura, muchos en la región y en Estados Unidos temen lo que pueda ocurrir con su importante arsenal de armas químicas. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) declaró en un comunicado que seguía de cerca los acontecimientos en Siria, con "especial atención" a la situación de sus armas químicas.
Izumi Nakamitsu, alto representante de la ONU para Asuntos de Desarme, declaró el domingo que la destrucción de grandes cantidades de armas químicas comunicada por Siria aún no puede verificarse.
"Reitero que esto es extremadamente preocupante", declaró Nakamitsu en un comunicado.
El secretario de Estado, Antony Blinken, declaró el domingo que Estados Unidos "apoyará los esfuerzos internacionales para que el régimen de Assad y quienes lo respaldan rindan cuentas por las atrocidades y abusos perpetrados contra el pueblo sirio, incluido el uso de armas químicas".
No está claro qué armas químicas concretas le quedaban a Assad en el momento en que se desmoronó su régimen y huyó a Moscú. Como parte de las negociaciones internacionales tras el uso de armas químicas por parte de Assad, Siria se adhirió a la Convención sobre Armas Químicas en 2013 y acordó destruir más de 1.300 toneladas de material de guerra química en 2014.
La OPAQ afirmó que sigue habiendo serias dudas sobre la exhaustividad de la declaración inicial de Siria en 2013 y que "el destino de cantidades significativas de armas químicas está en paradero desconocido".
La embajadora estadounidense ante la OPAQ, Nicole Shampaine, advirtió de que las armas químicas no declaradas de Siria suponían un "riesgo de proliferación".
Assad no fue el único actor malo que utilizó armas químicas contra civiles sirios. Una investigación conjunta de las Naciones Unidas y la OPAQ descubrió que el Estado Islámico llevó a cabo ataques con cloro y utilizó gas mostaza sulfurado en 2015 y 2016. Crece el temor en torno a dónde se ocultan exactamente las armas químicas de Assad y qué grupos pueden hacerse con su control.
Que las armas químicas caigan en manos equivocadas, especialmente del ISIS u otros grupos terroristas, sería el peor escenario posible para la región.
Hayat Tahrir al-Sham (HTS), el grupo rebelde que dirigió la ofensiva en el derrocamiento final de Assad, emitió una declaración en su recién creado Departamento de Asuntos Políticos, en la que afirmaba que no tiene intención de utilizar lo que queda de las armas químicas de Assad y se comprometía a mantener la seguridad de los emplazamientos mientras colabora con la comunidad internacional para vigilarlos.
A pesar de la retórica positiva inicial de HTS, existe inquietud entre los expertos y los responsables políticos acerca de la fiabilidad de las garantías de un grupo que en su día juró lealtad a Al Qaeda. HTS es una organización terrorista extranjera designada por el Departamento de Estado y tiene una ideología salafista-yihadista. Se busca al líder de HTS, Abu Mohammed al-Jolani, y el FBI ofrece hasta 10 millones de dólares por información que conduzca a su captura.
Algunos expertos que siguen de cerca la proliferación de armas nucleares abogan por que Estados Unidos una sus fuerzas a Israel para destruir los restos de las armas químicas de Assad.
"Israel y Estados Unidos deben destruir inmediatamente cualquier capacidad conocida de armas químicas que quede en Siria, al tiempo que sientan las bases para reanudar las inspecciones de la OPAQ y los esfuerzos para atribuir responsabilidades por los pasados ataques con armas químicas del régimen de Assad y de Rusia", declaró a Fox News Digital Andrea Stricker, subdirectora del Programa de No Proliferación y Biodefensa de la Fundación para la Defensa de las Democracias.
"Permitir que esas armas caigan en manos equivocadas entraña el riesgo de que se produzcan atentados terroristas en todo el mundo si esos actores intentan explotar su nuevo armamento", añadió Stricker.
ASSAD LLEGA A MOSCÚ Y RUSIA LE CONCEDE ASILO
Israel ya ha anunciado que ha llevado a cabo ataques contra algunas de las presuntas armas químicas de Assad. Hasta ahora, Estados Unidos ha llevado a cabo docenas de ataques aéreos de precisión contra campamentos y operativos del ISIS, alcanzando más de 75 objetivos, según el Mando Central estadounidense. Estados Unidos aún no ha atacado los emplazamientos de armas químicas del régimen de Assad.
La declaración del HTS también señalaba que el régimen de Assad utilizó armas químicas contra sirios inocentes durante la guerra civil, y el grupo considera estas armas un crimen contra la humanidad. Uno de los ataques más espantosos se produjo en el suburbio damasceno de Ghouta en agosto de 2013, cuando el régimen lanzó cohetes cargados de gas sarín que mataron a más de 1.400 personas.
La OPAQ concluyó en investigaciones exhaustivas que el régimen de Assad "definitivamente o probablemente" utilizó armas químicas en al menos 17 casos durante la guerra civil. Assad utilizó un arsenal de armas químicas prohibidas contra su propio pueblo. Tenía a su disposición "agentes nerviosos, como el sarín, agentes asfixiantes, como el cloro militarizado, y agentes vesicantes, como la mostaza sulfurada", según la Asociación para el Control de Armas.
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El entonces presidente Trump ordenó ataques militares contra Siria en la base aérea de Shayrat en abril de 2017, base desde la que el régimen de Assad lanzó un ataque con agente nervioso, y de nuevo en un ataque de precisión conjunto coordinado entre Estados Unidos, Reino Unido y Francia en abril de 2018 contra instalaciones sirias de armas químicas.