El jefe nuclear de la ONU visita Japón para evaluar el vertido de aguas residuales de Fukushima y hablar de energía atómica

La visita del director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica se produce un día después del 13 aniversario de la catástrofe

El jefe de la agencia atómica de Naciones Unidas se encuentra en Japón para examinar los vertidos de aguas residuales radiactivas tratadas procedentes de la ruinosa central nuclear de Fukushima Daiichi, y para debatir una mayor cooperación con Japón para promover el uso pacífico de la energía nuclear y la no proliferación.

El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, visita el país el martes por primera vez desde que comenzaron a liberarse las aguas tratadas en agosto. También se produce un día después de que Japón conmemorara los 13 años del terremoto y el tsunami del 11 de marzo, que desencadenaron el desastre de Fukushima.

"Esta fecha tiene un significado especial en Japón", declaró Grossi al reunirse con el ministro japonés de Medio Ambiente, Shintaro Ito, la primera de una serie de conversaciones con altos funcionarios japoneses previstas para la visita de tres días.

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La catástrofe causó muchas dificultades, pero también llevó a "reforzar los vínculos y la cooperación entre el OIEA y Japón", dijo Grossi.

Un terremoto y un tsunami masivos ocurridos en 2011 dañaron el suministro eléctrico y las funciones de refrigeración de los reactores de la central de Fukushima, desencadenando tres fusiones y provocando la acumulación de grandes cantidades de aguas residuales radiactivas. Tras más de una década de trabajos de limpieza, la central empezó a verter el agua tras tratarla y diluirla con grandes cantidades de agua de mar el 24 de agosto, iniciando un proceso que se espera que dure décadas.

Los vertidos han suscitado una fuerte oposición por parte de grupos de pescadores y países vecinos, incluida China, que prohibió todas las importaciones de marisco japonés inmediatamente después de que empezara el vertido.

Japón ha solicitado la ayuda del OIEA en la supervisión y evaluación de la seguridad para disipar las preocupaciones sobre el plan de vertido.

El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, se encuentra en Japón para examinar el vertido de aguas residuales radiactivas tratadas procedentes de la ruinosa central nuclear de Fukushima y para mantener conversaciones sobre energía nuclear y no proliferación. (AP Photo/Eugene Hoshiko, Pool)

Se espera que Grossi examine la instalación de vertido el miércoles tras reunirse con los residentes locales. La última vez que visitó la planta fue en julio, tras la publicación de una revisión del OIEA en la que se preveía un impacto insignificante de los vertidos. Posteriormente, el informe exhaustivo del OIEA también concluyó que los vertidos habían cumplido hasta el momento las normas internacionales de seguridad.

Grossi se reunirá también con la ministra de Asuntos Exteriores, Yoko Kamikawa, y con el ministro de Economía e Industria, Ken Saito, para tratar la cooperación en materia de desarme nuclear, no proliferación, Corea del Norte e Irán, así como el uso pacífico de la energía atómica, según informaron funcionarios japoneses.

El gobierno del primer ministro Fumio Kishida ha dado marcha atrás en sus planes anteriores de abandono de la energía nuclear y está acelerando su uso en respuesta al aumento del coste del combustible derivado de la guerra de Rusia contra Ucrania y a la presión para cumplir los objetivos de descarbonización.

Japón también quiere prestar apoyo financiero al esfuerzo del OIEA para proteger las centrales nucleares ucranianas de la guerra que está librando Rusia, según los funcionarios.

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Japón y el OIEA también están cooperando en la eliminación del suelo radiactivo de Fukushima.

El gobierno japonés, atascado con enormes cantidades de tierra desenterrada durante los trabajos de reconstrucción y limpieza fuera de la central de Fukushima, está luchando por encontrar métodos de eliminación. Un plan para reciclarlo para la construcción de carreteras y otras obras públicas tras las pruebas de seguridad se ha topado con fuertes protestas.

La tierra se ha almacenado en un depósito provisional en Fukushima. El gobierno ha prometido un plan de eliminación definitiva fuera de la prefectura para 2045.

Un informe preliminar del OIEA del año pasado apoyaba el plan de reciclaje del suelo, pero subrayaba la necesidad de confianza pública. Se espera un informe final para este verano.

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