Fracasa la unidad en el G20 por las diferencias sobre la guerra de Ucrania; Rusia y EE.UU. se desairan mutuamente
Sergei Lavrov dice que no "correrá" detrás de nadie después de que EE.UU. ignore a Rusia en medio de las conversaciones del G20
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Las tensiones entre los líderes mundiales siguieron intensificándose el viernes durante las conversaciones con las naciones del G20 en Bali, Indonesia, mientras las principales economías tratan de abordar los mayores problemas a los que se enfrenta el planeta.
Las divisiones entre las naciones occidentales y el frente China-Rusia, cada vez más unificado, pusieron de manifiesto las marcadas divisiones e hicieron que la diplomacia eficaz fuera nula cuando se trató de cuestiones relacionadas con la guerra en Ucrania.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia , Sergei Lavrov, abandonó la sesión en dos ocasiones, según los informes del viernes, primero cuando su homóloga alemana, Annalena Baerbock, empezó a hablar y, de nuevo, cuando el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, apareció en vídeo.
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ZELENSKYY ATACA A PUTIN EN LA CUMBRE DEL G20 Y ESPERA QUE "NO HAYA OCUPANTES
Lavrov afirmó que la crisis alimentaria mundial -un tema importante previsto para la cumbre de noviembre y consecuencia del bloqueo naval ruso en el Mar Negro- no era culpa de Moscú.
"Si Occidente no quiere que haya conversaciones, pero desea que Ucrania derrote a Rusia en el campo de batalla -porque se han expresado ambas opiniones-, entonces quizá no haya nada de qué hablar con Occidente", dijo, según un informe de The Guardian.
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Al parecer, el secretario de Estado Antony Blinken y su homólogo ruso se ignoraron mutuamente fuera de la reunión, que es la primera vez que Lavrov se reúne con dirigentes occidentales desde la mortífera invasión rusa de Ucrania en febrero.
"No fuimos nosotros quienes abandonamos todos los contactos", dijo Lavrov a los periodistas. "Fue Estados Unidos. Y no vamos detrás de nadie sugiriendo reuniones. Si no quieren hablar, es su elección".
Al parecer, Blinken dirigió comentarios mordaces a Moscú durante una reunión a puerta cerrada en la que Lavrov no estuvo presente, acusándolo de bloquear millones de toneladas de grano y agravar la escasez mundial de alimentos.
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Al parecer, Lavrov no refutó los comentarios de Blinken y dijo que no tenía observaciones preparadas, según un diplomático anónimo que asistió a la reunión.
PUTIN AFIRMA QUE LA GUERRA DE RUSIA EN UCRANIA NO HA HECHO MÁS QUE EMPEZAR
Las conversaciones de esta semana pretendían sentar las bases de una cumbre que Indonesia acogerá en noviembre, pero las inestables relaciones diplomáticas han dado un tono incierto a la próxima conferencia.
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"El mundo aún no se ha recuperado de la pandemia, pero ya nos enfrentamos a otra crisis: la guerra en Ucrania", declaró la ministra indonesia de Asuntos Exteriores, Retno Marsudi. "Los efectos dominó se están dejando sentir globalmente en los alimentos, en la energía y en el espacio físico".
Sin embargo, los funcionarios parecieron mostrar su desinterés por trabajar con Rusia mientras el país continúe su guerra en Ucrania y dijeron que no habría un comunicado conjunto como en años anteriores.
Al parecer, los funcionarios occidentales sugirieron que estaban centrados en abordar la escasez de alimentos y energía, que se ha convertido en un problema mundial tras la invasión de Moscú, y afirmaron que trabajarían para establecer acuerdos de bloque para contrarrestar las crecientes crisis mundiales.
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Sin embargo, el tono de las conversaciones no sorprendió mucho tras las paradas realizadas por las naciones occidentales y los funcionarios de Rusia y China antes de la reunión del G20 en Bali.
Al parecer, Lavrov, junto con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, hizo escala en varias capitales asiáticas para recabar apoyos a su postura y reforzar sus lazos comunes.
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Blinken, junto con sus homólogos alemán, francés y británico, llevan meses reuniéndose y asistieron a conferencias de la OTAN y del G7 la semana pasada.
El anfitrión indonesio intentó frenar las hostilidades recordando a todos los asistentes que el mundo se enfrenta a crisis monumentales que tendrán efectos devastadores si no se les pone remedio.
Las naciones en desarrollo del G20, como Argentina, Brasil, India e Indonesia, también podrían sufrir graves consecuencias si las relaciones entre Occidente siguieran siendo tensas con Rusia y China.
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"Sinceramente, no podemos negar que cada vez es más difícil que el mundo se siente unido", dijo Marsudi. "El mundo nos observa, así que no podemos fracasar".
El viernes salieron a la luz informes según los cuales los países occidentales se negaron a asistir a una cena de grupo el jueves por la noche tras enterarse de que Lavrov asistiría.
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También se abandonó la habitual foto de grupo en un boicot supuestamente dirigido por Blinken y los miembros del G7, según un informe de Politico EU.
Al parecer, Lavrov se volvió brusco cuando le preguntaron por la omitida sesión fotográfica de grupo y dijo a los periodistas: "No invité a nadie a posar para una foto junto a mí".
"Es obvio que utilizaron el G20 para objetivos que no estaban previstos cuando se creó", afirmó.
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Associated Press colaboró en la elaboración de este informe.