El auditor del Vaticano presenta una demanda de 9,5 millones de dólares por despido improcedente

Libero Milone y Ferruccio Panicco fueron supuestamente obligados a dimitir en 2017 de su trabajo de auditoría de las turbias finanzas de la Santa Sede por los gendarmes vaticanos

El primer auditor general del Vaticano y su adjunto han demandado a la Santa Sede por 9,5 millones de dólares por despido improcedente, al abrirse un nuevo capítulo litigioso en la problemática reforma financiera del Papa Francisco.

En una demanda hecha pública el jueves, Libero Milone y su adjunto, Ferruccio Panicco, alegaron que los gendarmes vaticanos básicamente les extorsionaron obligándoles a dimitir en 2017 o a arriesgarse a ser detenidos y procesados por su trabajo de investigación y auditoría de las turbias finanzas de la Santa Sede.

En la demanda presentada ante el tribunal vaticano, los auditores afirman que descubrieron una asombrosa mala praxis financiera en el "nido de víboras" del Vaticano y creen que se les obligó a marcharse porque algunos cardenales y monseñores "se sintieron amenazados por las investigaciones y las simples peticiones de aclaraciones."

La oficina del portavoz del Vaticano declinó hacer comentarios el jueves.

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El escándalo Milone es sólo uno de los muchos que han marcado los 10 años de esfuerzos de Francisco por imponer normas internacionales de presupuestación y auditoría financiera a las opacas finanzas de la Santa Sede. La demanda, y su gran cantidad de anexos anteriormente confidenciales, amenaza ahora con sacar a la luz más posibles irregularidades e incluso decisiones problemáticas del propio Francisco.

Ya hace más de un año que se está celebrando un juicio penal en los tribunales vaticanos sobre la inversión de 350 millones de euros de la Santa Sede en una propiedad londinense; los fiscales han acusado a 10 personas de una serie de presuntos delitos financieros, como malversación y fraude. Los acusados han negado los cargos y han dicho que a la Santa Sede simplemente se le fue la mano.

La demanda, en la que están implicados muchos de los mismos personajes que en el proceso penal, sugiere que las cambiantes reformas y lealtades del Papa han generado espasmos de represalias y venganza que ahora se combaten en los tribunales, con Francisco y sus principales ayudantes implicados.

Francisco nombró a Milone, que había dirigido las operaciones de Deloitte en Italia, en 2015 para que fuera el primer auditor general de la Santa Sede. La oficina de prensa del Vaticano anunció su dimisión a los dos años de su mandato de cinco años, acusándole de haber contratado ilegalmente a una empresa externa para espiar la vida privada del personal del Vaticano.

En la foto: Una vista tomada el 20 de noviembre de 2020 muestra el horizonte de Roma y la Basílica de San Pedro del Vaticano. (Tiziana Fabi/AFP vía Getty Images)

Milone insistió en la demanda en que el trabajo de recopilación de información consistía en consultorías legítimas sancionadas por los estatutos de su oficina. Dijo entonces que se vio obligado a dimitir bajo amenaza de arresto por lo que, según él, eran acusaciones falsas orquestadas por el cardenal Angelo Becciu, otrora poderoso cardenal y confidente de Francisco.

La demanda, que nombra como demandados al secretario de Estado vaticano y al nuevo auditor general, expone las quejas de Milone e insinúa algunos de los trapos sucios que él y Panicco descubrieron durante sus dos primeros años en el cargo, así como la resistencia que encontraron al intentar que Becciu y otros jerarcas vaticanos entregaran sus finanzas para que fueran auditadas.

Pretenden recuperar los salarios perdidos y una indemnización por daños y perjuicios a su reputación.

La demanda de Panicco también es personal: solicita 3,5 millones de euros porque durante años intentó, sin éxito, que los gendarmes vaticanos le devolvieran su historial médico personal, incautado cuando la policía vaticana allanó las oficinas de la auditoría en 2017, en vísperas de su destitución. Según la demanda, esos informes incluían meses de pruebas diagnósticas para un posible diagnóstico de cáncer que Panicco tuvo que repetir, retrasando su tratamiento durante meses, en detrimento de su salud.

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Milone acusa en particular a Becciu, ex alto funcionario de la secretaría de Estado que actualmente está siendo juzgado por el caso de las propiedades de Londres, de estar detrás de su destitución como el funcionario que más se resistió a sus esfuerzos por imponer una auditoría externa sobre la cartera de activos de 600 millones de euros de la secretaría de Estado.

En un comunicado del jueves, los abogados de Becciu recordaron que el cardenal ya había dicho al tribunal que era el propio Francisco quien quería que Milone dimitiera porque el Papa había perdido la confianza en él por la operación de "vigilancia ilegal" que encargó.

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