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Según una nueva investigación, sentarse junto a una ventana puede ayudar a las personas con diabetes tipo 2 a controlar sus niveles de insulina.

El estudio, publicado en Cell Metabolism, descubrió que la exposición a la luz natural, incluso en interiores junto a una ventana, cambia la forma en que el cuerpo procesa la glucosa y utiliza la energía.

Los investigadores señalaron que las personas en las sociedades occidentales pasan entre el 80 % y el 90 % de su tiempo bajo luces artificiales, que son mucho más tenues y menos dinámicas que la luz solar. La luz natural del día es una señal poderosa para el reloj interno del cuerpo, también conocido como ritmo circadiano.

Los expertos revelan la hora exacta a la que hay que acostarse para evitar el insomnio nocturno conocido como «segundo aire».

Según las investigaciones, el reloj interno del cuerpo influye en muchos procesos, como la digestión, la liberación de hormonas y el metabolismo. Cuando se desincroniza, puede empeorar la resistencia a la insulina y el control del azúcar en sangre, que son dos de los principales problemas causados por la diabetes tipo 2.

Hombre de mediana edad mirando por la ventana

La iluminación típica de los hogares y las oficinas es mucho más tenue y carece de las señales biológicas que proporciona la luz natural. (iStock)

Para comprobar los efectos de la luz solar sobre el azúcar en sangre, los científicos reclutaron a 13 adultos con diabetes tipo 2. Cada persona pasó dos periodos separados de 4,5 días en un entorno de oficina controlado, según un comunicado de prensa.

Un estudio demuestra que la prevención de la diabetes está relacionada con un tipo específico de ejercicio

En un periodo, trabajaron frente a grandes ventanas por las que entraba luz natural. En el otro periodo, los participantes trabajaron en la misma sala con las ventanas cubiertas y solo estuvieron expuestos a la iluminación interior habitual.

La luz solar no sustituye a la medicación ni a las estrategias de tratamiento tradicionales, como la dieta y el ejercicio, señalaron los investigadores.

Todos comían comidas similares, seguían el mismo horario y continuaban con sus medicamentos habituales para la diabetes en ambas condiciones.

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Aunque los niveles medios de azúcar en sangre no variaron drásticamente entre las dos condiciones, las personas pasaron más tiempo en el rango saludable de glucosa cuando estuvieron expuestas a la luz natural del día: su azúcar en sangre fluctuó menos y se mantuvo dentro del rango deseable durante una mayor parte del día.

Mujeres de negocios felices en una reunión

Los participantes que estuvieron expuestos a la luz solar quemaron más grasa y menos carbohidratos, un patrón metabólico relacionado con una mejor regulación del azúcar en sangre. (iStock)

La exposición a la luz natural también afectó al metabolismo. A la luz del día, los participantes quemaron más grasa y menos carbohidratos para obtener energía.

Las biopsias musculares y las pruebas de laboratorio revelaron además que los genes responsables de los relojes celulares del cuerpo estaban más sincronizados en condiciones de luz natural, según reveló el estudio.

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Los investigadores concluyeron que una mejor alineación de estos genes puede mejorar el procesamiento de nutrientes y la respuesta de las células a la insulina.

Hombre en el médico obteniendo medicación para la diabetes.

Según los investigadores, sentarse cerca de las ventanas o pasar más tiempo al aire libre podría ayudar a controlar la diabetes, además de los tratamientos habituales. (iStock)

Sin embargo, según el equipo, la luz solar no sustituye a la medicación ni a las estrategias de tratamiento tradicionales, como la dieta y el ejercicio.

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El estudio tuvo algunas limitaciones, entre ellas que el grupo de pacientes era pequeño. Los investigadores advirtieron que se necesitan estudios más amplios para confirmar estos resultados y determinar cuál es la exposición óptima a la luz natural.

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«Este estudio también pone de relieve el impacto, a menudo inadvertido, que tiene el entorno construido en nuestra salud, y suscita nuevas preocupaciones sobre la prevalencia de entornos de oficina con escaso acceso a la luz natural», señalaron los investigadores.