Los esfuerzos de la administración Biden por conseguir un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás mediante la diplomacia itinerante continuaron el martes, cuando el secretario de Estado Antony Blinken debía volar a Egipto en otro intento de "establecer una seguridad regional más amplia".
Estados Unidos, en coordinación con Egipto y Qatar, ha estado dirigiendo negociaciones indirectas en la búsqueda del fin de la mortífera guerra en Gaza, que persiste desde hace casi un año tras la horrible masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre, en la que murieron 1.139 personas y 251 fueron secuestradas en Israel.
Sin embargo, las esperanzas de encontrar un final a la guerra siguen siendo improbables durante la última visita de Blinken, que es el décimo viaje que realiza a Oriente Medio desde los atentados terroristas de octubre de 2023.
El portavoz del Departamento de Estado, Matt Miller, dijo a la prensa el lunes, en medio del viaje del enviado estadounidense Amos Hochstein a Israel, donde se reunió con el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Gallant, que "no hay plazos" para un acuerdo.
"Estamos trabajando con celeridad para intentar desarrollar esa propuesta, [para] intentar encontrar algo que haga que ambas partes digan que sí", añadió.
Un acuerdo de alto el fuego, que el gobierno de Biden parecía tener esperanzas de estar cerca de lograr el mes pasado, parece haber llegado a un punto muerto, ya que tanto Hamás como Israel han estipulado el acceso al Corredor Filadelfia, una cuestión no negociable para ambas partes.
No se espera que el último viaje de Blinken dé lugar a ningún avance importante y se produce justo un día después de que el gabinete de seguridad de Israel actualizara sus objetivos de guerra no sólo contra Hamás, sino también contra Hezbolá.
Los objetivos, que ya incluían la eliminación de los órganos militares y gubernamentales de Hamás en Gaza, la devolución de todos los rehenes y la garantía de un entorno seguro para los israelíes que viven a lo largo de la frontera sur, incluyen ahora también el regreso seguro de unos 60.000 ciudadanos israelíes a sus hogares en el norte.
Tras los atentados terroristas del 7 de octubre, más de 65.000 israelíes fueron evacuados de sus hogares a lo largo de la frontera septentrional con Líbano por temor a que Hezbolá pudiera llevar a cabo un atentado similar al de Hamás.
A pesar de los efectos devastadores que consiguió Hamás en su espantoso atentado del año pasado, los expertos en seguridad llevan mucho tiempo advirtiendo de que Hezbolá -que es financiera y militarmente más fuerte que Hamás- representa una amenaza mayor para la seguridad israelí.
En una declaración de última hora de la noche del lunes, la oficina de Netanyahu afirmó: "Israel seguirá tomando medidas activas" para lograr su nuevo "objetivo" de devolver a los ciudadanos a sus hogares del norte.
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La declaración siguió a los comentarios realizados el lunes tanto por el primer ministro como por el ministro de Defensa, que afirmaron que Israel está estudiando cambiar su postura de fuerza a lo largo de su frontera norte.
Ni Netanyahu ni Gallant han detallado lo que implicarán estos cambios en materia de seguridad, pero ambos han tratado de dejar claro a EEUU que Israel hará lo que considere mejor para su seguridad.
Fox NewsYonat Friling colaboró en este artículo.