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El derrumbamiento de la presa de Arbaat , en el estado oriental sudanés del Mar Rojo, inundó el fin de semana las viviendas cercanas y causó la muerte de al menos 30 personas tras las intensas lluvias, según informó una agencia de la ONU.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) declaró a última hora del lunes, citando a funcionarios locales, que el número real de víctimas mortales del derrumbe del domingo podría ser mayor. Además, unas 70 aldeas de los alrededores de la presa se vieron afectadas por las inundaciones repentinas, 20 de las cuales han quedado destruidas.

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La presa de Arbaat, situada a unos 38 kilómetros (casi 25 millas) al noroeste de Port Sudan, sufrió daños masivos a causa de las fuertes lluvias. En las zonas situadas al oeste de la presa, las inundaciones destruyeron o dañaron las viviendas de 50.000 personas, el 77% de la población total que vive allí. Los afectados necesitan urgentemente alimentos, agua y refugio, advirtió la OCHA, que añadió que aún se están evaluando los daños en las zonas orientales de la presa.

Mapa localizador de Sudán

Una agencia de la ONU afirma que el derrumbamiento de la presa de Arbaat, en el estado oriental sudanés del Mar Rojo, durante el fin de semana ha inundado las viviendas cercanas y ha causado la muerte de al menos 30 personas. (AP Photo)

Más de 80 pozos de sondeo se derrumbaron a causa de las inundaciones, dijo la OCHA citando a funcionarios, mientras que 10.000 cabezas de ganado han desaparecido y 70 escuelas han resultado dañadas o destruidas.

Las fuertes lluvias e inundaciones registradas este mes en Sudán han afectado a más de 317.000 personas. De ellas, 118.000 se han visto desplazadas, lo que agrava una de las mayores crisis de desplazamiento del mundo debida a la guerra en curso en el país.

El martes se cumplen 500 días desde que Sudán se sumió en la guerra tras estallar los combates entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido, o RSF.

El conflicto comenzó en la capital, Jartum, y se extendió por todo Sudán, matando a miles de personas, destruyendo infraestructuras civiles y llevando a muchos al borde de la hambruna. Más de 10 millones de personas se vieron obligadas a desplazarse en busca de seguridad, según la ONU.

Médicos Sin Fronteras (MSF) afirmó el martes en un comunicado que "éste es un momento vergonzoso" para las organizaciones humanitarias internacionales, que durante más de 16 meses "no han dado una respuesta adecuada a las crecientes necesidades médicas del país, desde la catastrófica desnutrición infantil hasta los brotes generalizados de enfermedades."

"Al mismo tiempo, las fuertes restricciones impuestas por ambas partes beligerantes han limitado drásticamente la capacidad de prestar ayuda humanitaria", declaró MSF.

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Abdirahman Ali, director de CARE en Sudán, advirtió el martes en un comunicado que la guerra "destrozó" el sistema de asistencia sanitaria, "dejando a innumerables personas sin atención".

Más del 75% de los sistemas de atención sanitaria han quedado destruidos desde el comienzo de la guerra, según una estimación de la Organización Mundial de la Salud de julio.