La Asociación de Centros de Crisis por Violación de Israel (ARCCI) publicó un informe exhaustivo en el que se detallan los delitos sexuales cometidos "sistemática e intencionadamente" durante el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.
"La información y los testimonios que aportamos aclaran más allá de toda duda lo que ocurrió, pero todavía nos quedan por delante partes significativas de la historia", escribió Orit Sulitzeanu, directora ejecutiva de la ARRCI, en los comentarios iniciales del informe "Grito silencioso". La ARCCI es una organización que agrupa a los centros regionales israelíes de crisis por violación.
"Dado que las agresiones sexuales suelen revelarse con retraso, sobre todo en tiempos de guerra, la imagen presentada en el informe es aún preliminar", advirtió Sulitzeanu. "En los próximos meses y años, dependiendo de las decisiones de los supervivientes, podremos sacar a la luz una historia más completa de las agresiones sexuales del 7 de octubre y posteriores".
El informe concluyó que el ataque de Hamás incluyó violaciones violentas -a menudo con amenazas con armas- y que muchas de esas violaciones se produjeron de forma colectiva, con colaboración entre los autores y a veces se llevaron a cabo delante de testigos, incluidos familiares.
En ocasiones, los violadores llevaban a cabo lo que el informe denominaba "prácticas sádicas", que incluían atar y amarrar a las víctimas, mutilar los órganos genitales -incluidos los pechos seccionados- y utilizar armas como parte de la violación.
El informe citaba una entrevista del New York Times a cuatro socorristas del festival Nova que describieron el hallazgo de cadáveres de mujeres con las piernas abiertas, sin ropa interior y con las manos atadas a la espalda.
Estas "prácticas sádicas" tenían como objetivo aumentar la humillación de la víctima, y en muchos casos los violadores la mataban posteriormente.
Los ataques se producían allí donde Hamás encontraba mujeres: Los investigadores encontraron cadáveres violados de mujeres soldados en la base militar de Shura, en los diversos kibutz donde Hamás atacó a civiles, en el festival de música Nova y, en algunos casos, durante el "cautiverio".
"De los testimonios y la información facilitada se desprende que las agresiones sexuales cometidas en el ataque del 7 de octubre y posteriormente se llevaron a cabo de forma sistemática y deliberada", concluye el informe.
El informe destacaba la dificultad de obtener pruebas y testimonios, señalando que el proceso ya resulta suficientemente difícil en tiempos de paz y, por tanto, se enfrenta a escollos aún mayores en tiempos de guerra.
"Se recopilaron diversas informaciones procedentes de fuentes oficiales, publicaciones en prensa local e internacional, entrevistas con 'primeros intervinientes' en distintas zonas, así como información que llegó a la [Asociación] procedente de profesionales y llamadas confidenciales", declaró el informe, añadiendo que no incluía información procedente de redes sociales ni de "fuentes no verificadas".
Weiss Maudi, que el año pasado se convirtió en la primera representante israelí en servir como asesora principal del presidente de la 77ª Sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, dijo el año pasado que los organismos de la ONU, en particular ONU Mujeres, simplemente se negaban a reconocer que se cometían atrocidades contra las mujeres -y niñas- israelíes, a pesar de que gran parte de ellas habían sido filmadas por Hamás, y otros terroristas palestinos de Gaza, ellos mismos. Por tanto, la búsqueda de pruebas recibió poca ayuda de organismos y entidades externos.
Sin embargo, el informe también concluyó -quizás por primera vez- que se produjeron agresiones sexuales contra niños y hombres, pero subrayó que "la información sobre este fenómeno es relativamente escasa en este momento y se centra en la mutilación corporal."
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"La limitada exposición de las agresiones sexuales a hombres, incluso en comparación con la limitada exposición de las agresiones sexuales en la guerra, se considera característica del fenómeno", dice el informe. "Generalmente, los hombres sufren una vergüenza compuesta al revelar las agresiones sexuales, que se perciben como profundamente humillantes y un ataque a la masculinidad".
"Es razonable suponer que los hombres supervivientes en este caso tendrán más dificultades para buscar ayuda", añadió el informe.